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PRIMEROS AUXILIOS - Intoxicaciones
INTOXICACION POR ALCALOIDES
OPIO Y COCAINA. Estas dos sustancias, incluidas entre los "venenos euforísticos" es decir,
que, producen euforia, falso bienestar, obran sobre el hombre de un modo contrario: el opio es
calmante, siendo la cocaína, excitante.
La intoxicación por estos cuerpos puede ser aguda o crónica. Al estado crónico se llega
después de un período más o menos largo de abuso de la droga. Su tratamiento se realiza en
establecimientos especiales. La intoxicación aguda tanto para el opio como para la cocaína es
de origen medicamentoso o suicida.
INTOXICACION AGUDA POR EL OPIO Y SUS ALCALOIDES. Esta intoxicación, provocada
generalmente por la morfina, pantopón o láudano de Sydenham, comienza por una sensación
de calor y comezón en todo el cuerpo junto con sequedad en la boca, pesadez de cabeza,
sudores, aceleración del pulso, a veces náuseas y vómitos y en ciertas ocasiones excitación. A
esto sigue un estado de somnolencia o verdadero sueño y finalmente el intoxicado cae en
coma.
El tratamiento consiste en evitar que el enfermo se duerma. Habrá que excitarlo en todas las
formas posibles para mantenerlo despierto. Se hará mucho ruido en la habitación, se le
friccionará enérgicamente, se colocará amoníaco debajo de la nariz para que inhale sus
vapores, se le dará de beber café o se le hará una enema de medio litro de café concentrado. Si
en esta forma no se consigue mantenerlo despierto, se recurrirá al tratamiento ambulatorio.
Hay que inducirlo a caminar y si no pudiera, se le sostiene y empuja. Mientras tanto ya el
médico tuvo tiempo suficiente para acudir y le dará coramina en inyección endovenosa y
estimulantes cardíacos; neutralizará el tóxico con una solución yodoyodurada y tanino, o
recurrirá a la atropina.
INTOXICACION COCAINICA AGUDA. Comienza por una gran agitación, con lían. tos, risas,
locuacidad y confusión de ideas. Constituye un cuadro muy semejante a la ebriedad, pero
tiene de característico las alucinaciones y el delirio. El intoxicado cree ver pequeños animales
que le recorren todo el cuerpo. Está pálido, respira mal, tiene las manos y los pies helados y
todo el cuerpo cubierto de sudor frío, y las pupilas están enormemente dilatadas. Si sobrevive
24 horas tiene grandes probabilidades de curarse.
El tratamiento se inicia colocando al intoxicado en posición de declive con la cabeza más baja.
Calentarlo; combatir el colapso vascular con estimulantes como la coramina, la cafeína o, lo
que es más sencillo, con inhalaciones de nitrito de amilo, de amoníaco, de éter o con fricciones
enérgicas. Inmediatamente se tratará de eliminar el tóxico con vomitivos, preferentemente en
este caso la apomorfina en inyección subcutánea, y con el lavado de estómago con carbón
animal al 2 por ciento o con Lugol (solución yodoyodurada) al 2 por ciento. A continuación se
administrará un purgante salino. El antídoto lo constituye el calcio en inyección endovenosa.
ESTRICNINA. Por ser sumamente amarga no se producen casos de intoxicación criminal con
esta sustancia. La intoxicación se realiza en forma accidental. Se usa para la fabricación de
raticidas.
Algunos minutos o media hora después de la ingestión del tóxico aparecen los primeros
síntomas, caracterizados por una gran ansiedad, verdadera angustia con sensación de ahogo y
una gran impresionabilidad para los ruidos y la luz, como también temblores musculares.
Después se instala un verdadero acceso convulsivo. Todo el cuerpo está duro, los puños
cerrados, la boca no se puede abrir. Este ataque dura 1 ó 2 minutos y cede, pero puede
repetirse varias veces.
La primera indicación terapéutica consiste en calmar los accesos. El intoxicado debe colocarse
en una habitación
oscura, lejos de cualquier ruido. Ninguna conversación será permitida
dentro de la pieza. Podrá dársele carbón animal, una cucharada de sopa en un vaso de agua. Si
el médico llega antes que el enfermo presente el acceso convulsivo, se tratará de eliminar la
estricnina del estómago con vomitivos y lavado de ese órgano. Pero si ya se iniciaron las
convulsiones habrá que recurrir a sedantes, como el hidrato de cloral. Las crisis también se
calman con uretano y principal. mente con los barbitúricos, entre éstos, con preferencia, el
somnífero o el amital sódico.
INTOXICACION POR BARBITURICOS
Los barbitúricos son productos sintéticos que poseen una acción hipnótica (producen sueño) a
dosis terapéutica. Son barbitúricos, el veronal, el luminal, el amital, el evipán, etc. Las
intoxicaciones pueden ser de origen accidental, debido a la facilidad para adquirir estos
productos con el fin de combatir el insomnio, y a que por ignorancia se ingieren dosis
excesivas. Es frecuente también que los barbitúricos se empleen como arma suicida.
El intoxicado por uno de estos cuerpos se presenta en estado de coma, es decir, inmóvil y sin
conocimiento. Si el coma es poco profundo el enfermo reacciona a cualquier excitación. En un
coma profundo se agregan otros síntomas, como flacidez muscular, pupilas muy dilatadas
(sólo en casos gravísimos la pupila es pequeña), respiración irregular, lenta y superficial, y,
además, el enfermo no responde a ninguna excitación. Si la dosis ingerida sólo en poco ha sido
mayor que la terapéutica, el intoxicado se presenta como un ebrio, con marcha vacilante,
movimientos inseguros y tendencia al sueño, pero del cual es fácil despertarlo.
El tratamiento para este caso sigue las mismas reglas enunciadas al iniciar el apartado de las
intoxicaciones. Se comenzará con la eliminación del tóxico mediante los vomitivos o lavado de
estómago. Después se administrará el antídoto, que para los barbitúricos en general lo
constituye la estricnina o la picrotoxina. Para el tratamiento sintomático se recurrirá a la
coramina a fin de evitar la depresión cardiaca, a los líquidos en bebidas y a los sueros en
inyecciones, para hidratar al enfermo. Si hay muchas secreciones acumuladas en la faringe,
habrá que tirar de la lengua hacia afuera y extraerlas con una gasa.
AMINAS DESPERTADORAS
Así como los barbitúricos se usan para conciliar el sueño por personas que padecen de
insomnio, las aminas despertadoras son productos utilizados por estudiantes, y en esta última
guerra también por los aviadores, para mantenerse despiertos. Las que gozan de más simpatía
entre éstas son: el sulfato de benzedrina, el actemin, el aktedol, el estimulex, etc. A dosis
excesivas producen intoxicaciones, a veces gravísimas, debiéndose generalmente en este caso a
una tentativa de suicidio. La terapéutica más eficaz es el lavado de estómago para las
intoxicaciones muy serias. Si la dosis ingerida no ha sido tan grande, se recurrirá a calmantes:
barbitúricos, adalina, o cloral.