PRIMEROS AUXILIOS - Apósitos y vendajes
VENDAJES
Se denomina vendaje el procedimiento que se emplea para cubrir un apósito o curación o para
inmovilizar una región del cuerpo. El vendaje puede hacerse con muy variados elementos,
pero, en general, se emplean trozos de diferentes telas denominadas vendas. Las vendas
pueden ser de gasa, de lienzo o de franela. A esta gasa pueden incorporarse en determinadas
circunstancias materiales que aumentan la rigidez y la consistencia de la venda, sobre todo
cuando ella está destinada a obtener una inmovilización más absoluta. Estos materiales son el
yeso, la goma y el almidón. Existen además otros tipos de vendas, menos usadas con fines de
inmovilización y que, en cambio, cumplen otra finalidad: la compresión. Tales son las vendas
elásticas de crep, de tejidos con hilos de goma o vendajes elásticos de esta misma sustancia,
destinados a prevenir o a curar hinchazones de los miembros causadas por edemas o várices.
El arte de vendar sólo se adquiere con la práctica; pero ésta debe estar acompañada de algunas
observaciones o principios generales, que, no por elementales, deben ser descuidados. Ya
hemos dicho que la venda sirve para contener el apósito o curación, o para contener al
material rígido destinado a inmovilizar un segmento del cuerpo en las fracturas o luxaciones y
hasta indirectamente para hacer hemostasia. Para ser útil, el vendaje debe estar bien hecho y
no aflojarse fácilmente.
Si se debe vendar una región articular, es necesario dar al paciente la posición en que el
miembro lesionado se usará más comúnmente y en la que será más fácilmente útil a un
lesionado. Esto es lo que los médicos llaman posición de función. La posición de función es en
el codo la del ángulo recto; en la rodilla, la posición de extensión de ésta; en el pie, la del
ángulo recto con la pierna; en la mano, la extensión total. La venda no debe comprimir
excesivamente ni tampoco deberá arrollarse al pasar por la zona que ha de cubrir, pues con
ello se ocasiona hinchazón y dolor por debajo de la región comprimida, dificultándose la
circulación. Para evitar esto es correcto hacer, antes de colocar el vendaje, una envoltura de
algodón distribuido en una capa de 1/2 a 1 centímetro de espesor, con lo que se tiene más
seguridad de no dificultar la circulación de retorno, es decir, la circulación venosa y linfática.
El rollo que constituye la venda tendrá un ancho o altura proporcional al segmento que se ha
de vendar, de 1 y 1/2 a 3 centímetros para los dedos; de 8 a 10 para la cara o cuello y manos;
de 15 a 20 para el tronco o los segmentos proximales de los miembros. Las vendas tienen, por
lo general, de 5 a 7 metros de largo.
Colocados curador y paciente en posición recíproca cómoda, se comienza por tomar con la
mano izquierda la extremidad de la venda mientras que el rollo se mantiene con la mano
derecha. La primera maniobra del vendaje es afirmar éste al cuerpo del lesionado, lo que se
efectúa por medio de dos o tres vueltas circulares que se realizarán con la venda en la parte
más delgada y más baja que se quiera vendar. Al rodar la venda sobre el miembro, realizado
esto sin mayor tracción, se irá amoldando a la conformación externa de la región a vendar,
terminándose el pase de la venda con el extremo distal en tensión. Se incinde entonces este
extremo longitudinalmente, calculando que sea capaz de cubrir cada cola de la venda así
formada la circunferencia del miembro, lo que permite hacer con facilidad un nudo. Si se tiene
a mano esparadrapo, se fijará éste sobre la venda y no habrá necesidad de hacer nudos;
bastará terminar el vendaje con dos o tres pases circulares, como se comenzó.
Éste es el vendaje más simple, también llamado monosegmentario. Sin embargo, cuando se
quiere cubrir todo el cuello, la pierna o el antebrazo, este vendaje monosegmentario presenta
algunas dificultades. Como estos segmentos son cónicos, el desplazamiento de la venda al
ascender se efectúa en forma muy sesgada produciéndose vacíos en el vendaje. Para evitar
esto es necesario practicar la inversión de la venda, es decir, cambiar la cara que ésta presenta
al irse enrollando. Para hacer esta inversión, que se efectuará, de ser posible, siempre a una
misma altura, se toma con el vértice del pulgar el borde superior de la venda mientras la mano
derecha gira 180°, convirtiendo así este borde superior de la venda en borde inferior. Al volver
a realizar otro círculo con la venda en torno del miembro, se repite la maniobra, con lo que
vuelven a invertirse los bordes. Siguiendo estos movimientos en forma simétrica y ordenada
se producirá una espiral ideal siempre que los pases de venda no se superpongan, sino que
vayan dejando un tercio de lo ya vendado al descubierto. Algunos vendajes requieren técnicas
especiales; tales son los vendajes comunes de los dedos. La venda debe ser pequeña, se enrolla
circularmente hasta la raíz del dedo; luego, en forma recurrente, tomando la venda en la base
del mismo, se hace una vuelta o pase en dirección longitudinal para volver sobre el vértice o
pulpejo por la otra cara del dedo. Hecha así una pirámide con la venda, se vuelve a enrollar
circularmente, terminando el vendaje con un nudo o una tira de esparadrapo.
Las regiones articulares, es decir, cuando el vendaje debe tomar dos segmentos del cuerpo, se
vendan por medio de los pases llamados en ocho. Tomemos como ejemplo el vendaje del pie.
Consiste en pasar la venda, después de haber cubierto el pie por medio de circulares
imbricadas, a la cara anterior de la pierna, haciendo dos o más circulares en torno del tobillo,
volviendo al pie tantas veces como sea necesario para cubrir y fijar la articulación. Cuando el
vendaje tiene por finalidad inmovilizar esta articulación, como por ejemplo, en un esguince o
torcedura, se refuerza este vendaje por medio de tiras de esparadrapo para aumentar su
solidez y resistencia.
Lo mismo cabría decir con respecto a los vendajes de la axila, del cuello y del hombro. Las
figuras indican, mejor que cualquier descripción, cómo se hacen vendajes.
Manera correcta de realizar un vendaje del cuello del pie.
Manera correcta de realizar un vendaje de la región axilar.
Disposición de la venda en un vendaje de antebrazo.
Vendaje de muñeca. Obsérvese que el enrollamiento de la venda comienza en el dedo pulgar,
para continuar en la muñeca.
El tórax constituye una región que presenta dificultades especiales, dado que difícilmente se
obtiene el reposo y la inmovilización necesaria para que no se produzca el desplazamiento del
vendaje. Esto es tan cierto que muchos desisten de practicar un verdadero vendaje y confían la
inmovilización a anchas tiras de esparadrapo aplicadas directamente sobre la piel. Esto no
debe nunca practicarse y menos en primeros auxilios. La inmovilización del tórax en tales
condiciones expone a lesionar la piel ya que el esparadrapo, por ser impermeable, dificulta las
normales funciones de ésta. El vendaje debe realizarse por medio de vendas de franela muy
anchas, imbricadas, comenzando por la parte inferior del tórax y llegando muy alto, hasta las
axilas. Debe vendarse en forma bien tirante, suprimiendo así la acción de los músculos
intercostales y quedando la respiración confiada al músculo diafragma; así no hay peligro de
asfixia. El vendaje será apoyado en los hombros por medio de dos tirantes hechos con la
misma venda y se reforzará la inmovilización y la contención del vendaje, ahora sí, por anchas
bandas circulares de esparadrapo.