PREHISTORIA - El Período Paleolítico
FINALIDAD DEL ARTE PALEOLITICO
Tales pinturas, pues, tendrían no una finalidad puramente artística, sino realmente utilitaria.
Ello se ve claramente en la forma pertinaz en que se esconden de la mirada de los no iniciados
estas manifestaciones de arte.
En la gruta de Font de Gaume hay que atravesar un punto peligroso, el Rubicán. La gruta de
Tuc d'Audoubert se nos aparece como un santuario lleno de misterio: hay que realizar un viaje
por la profundidad de la cueva, que se va estrechando gradualmente; pronto no queda paso, ni
aun yendo encogido, y hay que proseguir, arrastrándose de bruces por el suelo, entre las
tinieblas, oyendo acrecentarse el rumor cada vez más cercano del agua; al llegar al arroyo
subterráneo hay que atravesarlo a nado, cosa bien difícil en invierno, cuando las crecientes lo
convierten en un furioso torrente; sólo así se llega a nuevas salas, con dibujos preparatorios
cuyo número e interés está sabiamente graduado; queda por recorrer, todavía, otra sala cuyas
paredes están desnudas de recuerdos de arte, pero cuyo piso está sembrado de osamentas de
osos; y, allí, a más de setecientos metros de la entrada, se encuentra una de las manifestaciones
más extraordinarias del arte prehistórico. Se trata de los dos celebrados bisontes, grupo
semiescultórico, realizado en arcilla. Lo extraordinario de estas figuraciones no es sólo el
material empleado para tan vasto friso escultórico, ni la vivacidad y justeza de movimiento que
anima a ese grupo, sino la técnica utilizada; en la mayoría de los casos ese arte mural está
logrado mediante el empleo de la pintura o del grabado; pero aquí tenemos un ensayo logrado
en la tentativa de destacar a las figuras de la pared natural rocosa que le sirve de fondo, de
modelar en relieve, de hacer escultura. Esta cueva extraordinaria fue explorada por el conde
Begouen y sus hijos. Dos de ellos utilizaron más tarde este hallazgo para escribir una de las más
interesantes novelas de asunto prehistórico: Les Bisons d'argile.
BISONTE HERIDO. Reproducciones de animales heridos, como la presente, son pruebas de las
finalidades mágicas del arte paleolítico europeo. Esta pintura mural, en negro, fue realizada en
la caverna de Niaux, Ariége, Francia.
No ha de creerse, sin embargo, que una caverna en que las representaciones artísticas se
encuentran a tanta distancia de la boca de entrada sea realmente única. En la de Niaux, las
primeras manifestaciones de arte se hallan a cuatrocientos cincuenta metros de aquélla, y la
famosa sala redonda en la que se hallan tan excelentes reproducciones de bisontes, se encuentra
a ochocientos. Otra caverna, la de Trois Fréres, nos ofrece, no ya por deducción, las muestras de
su carácter mágico religioso.
Está allí representada, en una de las paredes, la imagen del mago mismo, con su disfraz
ceremonial, en el que se destacan una especie de máscara con cuernos y barba postiza. Es ésta la
figuración ceremonial más remota de que tengamos noticias y el antecedente necesario de
cuantas manifestaciones de ritual mágico muestra la historia de los pueblos primitivos.