PREHISTORIA - El descubrimiento de los metales
LA EDAD DEL BRONCE
La suma de datos que poseemos acerca de las épocas de los metales, nos permiten asegurar que
el hombre los fue conociendo paulatinamente, de una manera empírica, sin la idea previa de su
utilización industrial. Esta advino finalmente como consecuencia del conocimiento de las
virtudes propias del nuevo material dureza, ductilidad, elasticidad, maleabilidad, color
brillante, etcétera, en las que el hombre neolítico no había parado, inicialmente, su atención.
Como un "salvaje" actual, o como un niño, el hombre primitivo apreció en los metales primero
sus condiciones exteriores de brillo y belleza colorista, antes que las virtudes que el empleo
mismo le permitió, más tarde, descubrir. De esta suerte, es muy probable que el oro haya sido el
metal distinguido o apreciado inicialmente por el hombre.
Desde luego, este aprecio nada ha tenido que ver con la estimación crematística de los tiempos
modernos. El hombre primitivo ha empleado, en todas partes, el oro en función de su belleza,
para realzar su tocado personal, y de ninguna manera para asignarle una función económica de
común denominador de los otros valores. Así, por ejemplo, para no citar más que un caso que
nos es bien conocido, los indígenas americanos sólo vieron en él un material de ornato. Todos
los cronistas concuerdan en aseverar el asombro de los peruanos, contemporáneos de
Atahualpa, ante la codicia de los españoles por aquel metal. El caso podría repetirse, con iguales
testimonios fidedignos, para varias de las otras culturas andinas americanas que conocieron y
emplearon profusamente el oro fundándose en sus propiedades estéticas.