PERIODISMO - Géneros periodísticos
EDITORIALES
Son artículos anónimos que interpretan el pensamiento del periódico, como empresa, sobre
determinado punto.
Quien compare los artículos de fondo de hace poco más de medio siglo, con los editoriales de
los periódicos modernos, notará tres diferencias esenciales:
1) El personalismo más destacado predomina en los primeros. Por el contrario, los modernos
son impersonales.
2) El estilo de aquéllos es oratorio, ampuloso, mientras el de éstos es sobrio.
3) En el fondo los primeros son superficiales, en tanto que los de ahora son documentados.
Además de estas diferencias mencionadas, se dan otras características. El editorial no se firma.
No habla su autor como tal, sino el periódico. Todos los días en los grandes diarios se reúne el
Consejo directivo y resuelve cuál ha de ser el artículo de fondo. Las ideas, los hechos, la
inspiración son generalmente de sus corredactores; éstos y el autor someten su criterio al de
todos y todos al de la empresa representada por su Director. El escritor pierde en personalidad,
pero gana en autoridad. No es él quien opina, afirma, acusa, ensalza o vitupera; es el periódico,
que se cree intérprete genuino de la opinión de su público.
Se dice que la opinión cada día lee menos los editoriales. En parte es cierto. El público se
considera hoy más instruido que ayer y quiere juzgar y comentar por sí. Lo que quiere es
veracidad en las noticias de todas fuentes, que la conclusión la sacará él.
Sin embargo, aunque los periódicos cada día dedican menos espacio al editorial, no por eso se
renuncia a él. El editorial es la flor del periodismo. Es el complemento de su función
informativa. La noticia es la raíz; el comentario es la flor, como dice el periodista español
Manuel Graña, y la acción que de ese comentario editorial deriva será el fruto.
Para que el editorial influya en la opinión es menester que tenga un propósito servicial. En
cuanto el público se percata de que el editorial es negocio del periódico o del articulista, del
editor como le llaman los norteamericanos, sonríe y pasa adelante en la lectura. Por eso los
grandes rotativos modernos, aun- que no sean del todo independientes, por lo menos blasonan
de serlo y procuran aparentarlo.