PERIODISMO - El periodismo, expresión de la opinión pública
No es el periódico solamente el noticiero que diariamente nos sirve, cual en bandeja, un
conjunto de noticias, de novedades, más o menos interesantes. Su labor informativa en todos
los órdenes de la vida que tienen interés humano o social, es esencial, pero no única.
Nacido el Periodismo como consecuencia de una de las libertades más sagradas del hombre, de
la libertad de pensamiento y de la libertad de opinión, y sostenido por la libertad de imprenta,
su misión más elevada consiste en ser pulsador y vocero de la opinión pública.
La prensa es uno de los elementos sin los que no se puede concebir la vida de los Estados
civilizados. Se ha llamado a la prensa "un cuarto poder" y, aunque no es verdadera esta
denominación si se concibe ese poder frente a los otros constitucionales del Estado, sin
embargo, es tanta su fuerza que los gobernantes actuales no la desconocen, ni la sofocan, sino
que procuran encauzarla o limitar sus posibles excesos, pero respetando su libertad esencial.
No sólo la prensa es un factor de orden político, sino también social, y este doble aspecto es lo
que hace que la prensa sea algo actual, vívido y humano. No hay derecho objetivo que pueda
prescindir de las necesidades sociales; es más, el fundamento de toda disposición de derecho
objetivo es la satisfacción justa de una necesidad. Ahora bien, la manifestación de esa
necesidad, el comentario, la ilustración acerca de su reglamentación, se hace en los Estados
modernos por medio de la opinión pública, cuya manifestación política la ejercitan los
legisladores elegidos por el pueblo, y cuya expresión diaria, social, informativa, educadora e
ilustrativa se logra por los órganos de opinión: los periódicos.
Por eso la prensa pertenece más que al Derecho político a la vida social en su función política.
Así, mueve voluntades, esclarece conceptos, desvanece errores, muestra la justicia o la
injusticia de determinados proyectos, acucia a los funcionarios y a los gobernantes, glorifica a
los héroes, escarnece el crimen; en una palabra, tiende a influir en las determinaciones de la
vida pública, teniendo como única mira el bien común.
Concebida así la prensa, fácil es de ver que es un tesoro del que la opinión pública no puede
desprenderse sin renunciar a una de sus libertades más fundamentales. Y concebido de este
modo el Periodismo, su misión se alza a cumbres insobornables.
La trayectoria de la libertad de prensa en los tiempos modernos ha sufrido algunos tropiezos,
en algunos Estados y por algunos gobiernos, pero su línea recta no ha podido ser quebrada,
sino que ha salido más pujante y airosa de todas las pruebas. En suma, mientras el hombre sea
hombre, es decir, libre, la prensa seguirá siendo el órgano vital de la opinión pública, y el
Periodismo cumplirá, además de su misión informativa, la otra, más alta y excelsa, de pulsador
y forjador de la conciencia político social del pueblo.