PEDAGOGÍA - Filosofía, cultura y educación
CULTURA
Cultura es la comunicación espiritual de todos los hombres, de todos. Si en el último confín del
planeta quedase un hombre, sólo uno, suelto, abandonado, a quien le fuera imposible participar
en esa relación espiritual, la cultura dejaría de ser lo que es, perdería su significado. Cultura es el
esfuerzo que hace el espíritu por salvar la tragedia íntima de nuestro destino, enlazando nuestras
pobres conciencias con algo eterno e infinito. Se olvida con demasiada frecuencia que la cultura
tiene un problema sobrenatural, como lo tiene el hombre; el saber cultural no es nunca un saber
cuantitativo; es un crecimiento armónico, estructural, vital y orgánico; es un saber de salvación.
Perdido el hombre en la selva que es el vivir, se salva por la cultura cuando encuentra la ruta que
le permite realizar su destino inexorable. Lo más humano que hay en el hombre es lo que tiene de
divino; y este elemento, no otro, es lo que constituye su auténtica humanidad.
Hacerse culto no es sólo alcanzar un mundo espiritual autónomo; es llegar a comprender con
conciencia clara la condición histórica de la época. La cultura necesita poseer una idea completa
del mundo y del hombre. La vida no tiene espera, no puede, no sabe esperar; su atributo esencial
es la urgencia. Se vive aquí y ahora sin posible demora ni traspaso. El hombre vive primero en el
mito. El mito consiste en dotar de conciencia al fenómeno físico, en dotar de conciencia a la tierra.
Es el terror, o la necesidad o la esperanza. El mundo era para el hombre primitivo desorden,
irregularidad, capricho. Los mitos se multiplican; hay que poner un orden en ese desorden, una
unificación, un método. El mundo que tengo delante no se basta a sí mismo; he de buscarle un
origen. Este es el momento en que la conciencia precultural va a convertirse en cultural, en
científica. El hombre empieza a sentir las cosas como problema, la ciencia le dará soluciones,
construirá verdades. El hombre aspira a esa ordenación: "Vivir según capricho es de plebeyo; el
noble aspira a ordenación y a ley".
Uno de los mejores resultados de la cultura es la creación de un pueblo culto. Un pueblo culto no
quiere decir que en ese pueblo haya una cultura general; esto es, una cultura vaga y, como tal, sin
el más menudo valor: No; un pueblo culto es un pueblo ricamente articulado en clases y
categorías, donde cada uno tiene una manera digna de comportarse ante la vida y de aceptar su
destino.
Pues bien, esta tarea que consiste en hacer del hombre "natural" un hombre culto, portador de
valores eternos, capaz de crear y producir nuevas zonas de cultura, corresponde a la educación,
que es, por eso mismo, un proceso de formación cultural.
