PEDAGOGÍA - Etapas fundamentales de la educación
LA LABOR EN EL JARDIN DE INFANTES
Cada jornada es una feliz sucesión de actividades que satisfacen los deseos instintivos de los niños:
mover sus miembros, tocar y palpar, destruir y construir, examinar y preguntar, vivir en sociedad.
Nunca debe llegarse a la saciedad y a la fatiga; cada deseo dura muy poco, a lo sumo veinte
minutos, y siempre es de distinta orientación que el anterior, pues el niño es un ser insaciable de
variedad. A todo esfuerzo de atención sigue un escape físico. A menudo la sucesión estrecha de
los ejercicios es la expresión de una misma idea en forma variada y divertida. El empleo del
tiempo minuciosamente calculado es una guía, pero no una regla; en el momento oportuno
cualquier pequeño incidente o derivación del juego o del trabajo permite una charla moral o una
lección de observación. El único precepto que debe imperar rígidamente en el jardín de infantes es
que allí no se instruye, no se coleccionan conocimientos, sino que se desarrollan y encauzan las
necesidades del niño, y se le prepara para la escuela, para la vida, por medio del contacto con la
naturaleza y del aprovechamiento del propio desarrollo infantil.