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HISTORIA DE LA CIENCIA - El siglo XIX
MAXWELL Y HERTZ: LA TEORIA ELECTROMAGNETICA DE LA LUZ Y LAS ONDAS
ELECTRICAS
JAMES CLARCK MAXWELL (1831-1879), el más imaginativo de los teóricos del siglo XIX, dio
a los descubrimientos de Faraday andamiaje matemático, y logró reunir los fenómenos ópticos
y electromagnéticos hasta entonces conocidos en el cuadro de una teoría de notable hermosura
y de acabada estructura. Cada cambio del campo eléctrico, razonó Maxwell, engendra en su
proximidad un campo magnético e inversamente cada variación del campo magnético origina
uno eléctrico. Dado que las acciones eléctricas se propagan con velocidad finita de punto a
punto, se podrán concebir los cambios periódicos —cambios en dirección e intensidad— de un
campo eléctrico como una propagación de ondas. Tales ondas eléctricas están necesariamente
acompañadas por ondas magnéticas indisolublemente ligadas a ellas. Los dos campos,
eléctrico y magnético, periódicamente variables, están constantemente perpendiculares entre
sí y a la dirección común de su propagación. Son, pues, ondas transversales semejantes a las
de la luz. Por otra parte, las ondas electromagnéticas se transmiten, como se puede deducir de
las investigaciones de Weber y Kohlrausch, con la misma velocidad que la luz. De esta doble
analogía y con genial vuelo, Maxwell concluye su identidad: la luz, afirma, consiste en una
perturbación electromagnética que se propaga en el éter. Ondas eléctricas y ondas luminosas
son fenómenos idénticos.
A la construcción teórica erigida por Maxwell, HEINRICH HERTZ (1857- I 894) brindó la base
de la comprobación experimental. En 1888 logró producir ondas por medios exclusivamente
eléctricos y demostrar que estas ondas poseen todas las características de la luz visible, con la
única diferencia de que sus longitudes de onda son enormemente mayores. Hertz pone en
evidencia que las ondas eléctricas se dejan refractar, reflejar, polarizar, y que su velocidad de
propagación es igual a la de la luz. La predicción de Maxwell se había realizado: ¡la existencia
de las ondas electromagnéticas era una realidad tangible! Una vez establecida la posibilidad
de transmitir oscilaciones eléctricas sin conductor, el paso decisivo estaba dado para constituir
la telegrafía inalámbrica, cuyo primer esbozo se escondía en los experimentos de Hertz, y que
fuera desarrollada por el francés Edouard Branly, el inglés Oliver Lodge, el ruso George
Popoff y el italiano Guglielmo Marconi. En 1899 las ondas hertzianas lograron cruzar el canal
de la Mancha y años después el océano Atlántico.
Tan grande como su utilidad práctica fue la inmediata consecuencia teórica de las
investigaciones de Maxwell y de Hertz. Todas las radiaciones se revelaron de la misma índole
física, diferenciándose solamente por las longitudes de onda. Su escala comienza con las largas
ondas hertzianas y, pasando por la luz visible, terminó en los días de Hertz con los rayos
ultravioletas, a los que pronto debían agregarse los rayos X, los rayos radiactivos y los rayos
cósmicos.