HISTORIA DE LA CIENCIA - La época newtoniana
A LA SOMBRA DE NEWTON: LOS GRANDES MECANICISTAS
La intensa luz que emana de la obra de Newton ilumina el crepúsculo del siglo XVII y los
albores del XVIII. Muchos de los problemas que fueran promovidos o sugeridos por los
Principios, demandaban unos, solución; otros, verificación. Entre éstos se encontraba la
importante cuestión de la figura de la Tierra. Newton había supuesto que nuestro planeta, bajo
el efecto de la fuerza centrífuga oponiéndose a la pesantez, debía adquirir una forma
elipsoidal. Esta conclusión fue corroborada por dos expediciones: una bajo la dirección de
Charles de La Condamine, que en 1735 llegó hasta el Perú; la otra, que en 1736 llegó a Laponia
dirigida por Pierre L. M. de Maupertuis. Midieron la longitud de un grado de meridiano, en
las cercanías del Ecuador y del Polo boreal, respectivamente, y confirmaron que la Tierra tiene,
en efecto, la forma de un esferoide achatado. Por otra parte, la ley de Newton ofreció la
posibilidad de determinar la densidad y masa de nuestro planeta. La desviación medible de
una plomada por la atracción de una montaña permitió, en 1749 a Pierre Bouguer, y, en 1774, a
Neville Makelyn, una primera valoración, que luego fue rectificada por Henry Cavendish,
quien logró determinar con su balanza de torsión el valor de la constante de gravitación; es
decir, la atracción que dos masas de un gramo, separadas por un centímetro de distancia,
ejercen una sobre la otra, y pudo asignar al globo una densidad media 5,5 veces superior a la
del agua.
En los Principios, Newton había demostrado que los cometas, como los planetas, obedecen a la
omnipresente ley de la gravitación universal; sus trayectorias deben ser parabólicas,
hiperbólicas o elípticas, una de las secciones cónicas que pueden describir cuerpos celestes
sometidos a la atracción de un cuerpo central. Admitiendo que la órbita es parabólica, como la
del corneta de 1680 estudiado por Newton, el astro, después de haber pasado por el perihelio,
se alejaría para siempre del Sol, siendo su trayectoria una curva abierta. ¿Hay cometas que
trazando elipses vuelven a las vecindades del Sol? ¿Hay cometas que recorren elipses muy
excéntricas que en el segmento observable de la órbita no se distinguen sensiblemente de
parábolas? Newton dejó abierto el intrigante problema.