Textos    |    Libros Gratis    |    Recetas

 

.
HISTORIA DE LA CIENCIA - Crepúsculo de la Ciencia antigua - Los romanos
GALENO DE PIRGAMO
Simultáneamente casi con la sistematización de la astronomía griega realizada en Alejandría
por Tolomeo, otro importante dominio del saber antiguo. Fisiología y Medicina, recibe en
Roma, gracias  a GALENO DE PIRGAMO (130-201), la coherente forma de un cuerpo de
doctrina. Médico del emperador filósofo Marco Aurelio y de la alta sociedad romana, Galeno
supo asegurarse una reputación cine eclipsó la de todos sus rivales contemporáneos e igualó la
fama que seis siglos antes Hipócrates adquiriera. Como las leyes en vigor vedaban la disección
de cadáveres humanos, amplió sus conocimientos fisiológicos y anatómicos practicando la
vivisección de animales o disecando cerdos y sobre todo monos antropoides; la analogía de
estos últimos con la estructura humana le permitió eliminar más de un error de sus
predecesores y llegar a conclusiones a veces correctas.
Galeno descubrió que las arterias, que Aristóteles consideraba llenas de aire, contenían sangre;
notó la circulación de la sangre a través de los pulmones y las venas, pero sin tener la feliz
ocurrencia de unir ambos fenómenos. Su técnica anatómica —forzosamente defectuosa— y el
desconocimiento de las funciones del corazón no le permitieron entrever el gran
descubrimiento que haría después la gloria de Harvey. En el corazón encontró válvulas, pero
no las asoció, sin embargo, con el movimiento de la sangre, y estaba a mil leguas de sospechar
que el corazón era semejante a una bomba. Por el contrario, describió bien los órganos del
tórax y del abdomen, asignándoles sus funciones reales. Su farmacología, distinta de la de
Hipócrates, hacía uso de gran número de drogas, preparadas a menudo con varias docenas de
ingredientes. Este incansable investigador y buen observador tenía la pasión de apoyarse en
teorías fantásticas: la vida, enseñó, es mantenida por el espíritu mundial que se comunica con
el organismo por medio de la respiración; la sangre recibe en el hígado el "espíritu natural"; el
"espíritu vital" en el ventrículo izquierdo del corazón, y el "espíritu animal" en el cerebro.
Galeno completa con Aristóteles y Tolomeo el triunvirato cuya autoridad en las ciencias se
impondrá en los siglos que seguirán a la desaparición de la cultura antigua. Después de
Galeno, durante mil años no surgió ningún maestro del arte de Esculapio. En las centurias de
la Edad Media sus doctrinas se convirtieron en oráculos de un mago que sabía todo y no
dejaba ningún descubrimiento por realizar, ningún secreto por revelar. Conocer los tratados
de Galeno equivalía a ser un perfecto médico. Hasta los umbrales del Renacimiento, todos los
verdaderos progresos de la Anatomía, Fisiología, Biología y aun Botánica fueron detenidos
por la aplastante autoridad de Galeno.