HISTORIA DE AMERICA - El Perú desde el gobierno de La Mar
DESDE LOS GOBIERNOS DE PIEROLA Y LEGUIA
Piérola aspira, sin lograrlo, a la superación de los viejos partidos, a la colaboración de todas las
inteligencias, a la ordenación de las finanzas, a la moralización de la política, al
restablecimiento de la disciplina en las instituciones armadas. En política, si bien se rodeó de
hombres prudentes y hábiles, rompió con González Prada, el auténtico renovador, y persiguió
diarios. En finanzas, organizó la recaudación de los impuestos e implantó el patrón oro para la
moneda. En asuntos militares, no reconoció grados dudosos, contrató técnicos y creó el
servicio militar obligatorio. Quiso el engrandecimiento de Lima. Buscó restablecer las
relaciones normales con Chile gracias al protocolo Billinghurst-Latorre.
Romaña, su sucesor, resultado de la transacción de los partidos, gobernó con civilistas y
demócratas. La chilenización de Tacna y Arica hizo temer por la paz, pero se contemporizó. La
cuestión de Acre es otro problema candente. Entre Bolivia y Brasil disponen de él a espaldas
del Perú. El mismo Ecuador quiere sacar ventajas en la cuestión de fronteras: el tratado Pardo-
Aguirre soluciona temporalmente el conflicto. La fugaz reaparición del civilismo en la breve
presidencia de Cándamo, es seguida por la de Pardo (1904), progresista y liberal. Ferrocarriles,
caminos, marina mercante y de guerra, instrucción pública, defensa de los derechos del
trabajador, son afrontados. Hay un general acrecentamiento de la riqueza pública y privada.
Desgraciadamente tras él llega Leguía (1908), que pertenece al grupo industrialista del
civilismo.
Su plan de reformas aduaneras le vale una revolución. Leguía contesta con una política
represiva. La crítica opositora es castigada con prisión. En cuanto al desarrollo económico, es
auspicioso. Le-guía es sucedido por el demócrata Billinghurst, de brevísima actuación
gubernativa. Una sublevación militar lo deporta y se forma una Junta de gobierno, presidida
por el coronel Benavides, quien gana así el generalato y luego la presidencia provisional. La
moneda, en este corto lapso, se inquieta, pero el gobierno crea la Junta de vigilancia (origen
remoto del Banco Central). Este organismo resultó indispensable para el control de la
economía durante la primera guerra mundial, que se inicia. En 1915 Benavides convoca a
elecciones. Una concentración de partidos hace triunfar la candidatura única de Pardo, rector
de San Marcos. Perú entra en la guerra en favor de los aliados. Su economía, estimulada por la
corriente de compras de aquéllos, se alza vertiginosamente, doblándose las exportaciones (¡de
10 a 20 millones de soles!) de 1916 a 1919. Desgraciadamente, Pardo ataca a la oposición,
disponiendo el cierre de un diario y hasta desacatando a la Corte Suprema.
Leguía regresa de Europa, gana las elecciones y se instala apresuradamente en el poder. Con
sus dos consejeros predilectos, su primo Germán Leguía y el doctor Cornejo, instala una
dictadura legal, eliminando al Congreso; reforma la constitución y reúne un parlamento nuevo;
expropiando un diario que le es desafecto, enmudece a la opinión. En 1923 la constitución es
reformada para permitir que sea reelecto hasta 1929. Entonces organiza un Estado policial que
le responde. Las deportaciones son numerosas y las cárceles están llenas de presos políticos. El
presupuesto sube extraordinariamente (la policía y la burocracia adictas son exigentes): de 5
millones en 1919, se va a 12 en diez años. Leguía hace carreteras, puentes, obras de
saneamiento y embellecimiento de Lima, Callao y otras ciudades, obras de irrigación en
Cañete y Lambayeque, la canalización del Rimac, etc. Pero entrega definitivamente los
ferrocarriles a la Peruvian, la recaudación de los impuestos a una empresa mixta del Estado y
particulares, en tanto que eleva la tributación enormemente, y entrampa al país con
formidables empréstitos, permitiendo que las municipalidades de Lima y Callao sigan ese
ejemplo.
El comandante Sánchez Cerro, regresado al país el 15 de enero de 1929, fue ascendido a
Teniente Coronel y nombrado comandante de Zapadores de la guarnición de Arequipa. Allí el
22 de agosto de 1930 se pronuncia contra el régimen de Leguía y logra derrocarlo. Ocho días
después llega a Lima. La capital, cansada, se le entrega. Una junta de gobierno convoca a
elecciones. Se elige presidente a Sánchez Cerro en contra de Haya de la Torre, fundador del
Apra, y una asamblea constituyente le vota la Constitución de 1932. Se dicta el divorcio
absoluto y la clausura de la Universidad.
Muerto a balazos cuando estaba a punto de llevar al Perú a una guerra absurda con Colombia,
el Congreso llama al poder al general Benavides, quien realiza grandes obras públicas,
militares y civiles, reabre a San Marcos con nuevo estatuto, reforma códigos y dirige, con
mano fuerte y tendencia conservadora, la política nacional. Lo reemplaza a fines de 1939 el
doctor Prado Ugarteche. Bajo su gobierno temperado se terminó el tramo peruano de la
carretera panamericana, se intensificó el desarrollo de la aviación, uniendo con facilidad las
tres regiones naturales antes disociadas. Sin embargo, el Apra, gran partido popular, siguió
excluido del gobierno. Al final del período, el Perú entró en la guerra mundial en contra del
Eje. Esta cooperación a las Naciones Unidas ha continuado después de julio de 1945, fecha en
la que el intelectual arequipeño doctor Bustamante y Rivero fue elegido presidente por una
conjunción de partidos. Hubo una notoria renovación, destinada a abrir otra etapa. Sin
embargo, no fue así. El 3 de octubre de 1948 se sublevó la marinería en el Callao y hubo otros
motines. El 29 de octubre el gobierno fue depuesto por una Junta Militar que presidía el
general Manuel Odría. Haya de la Torre, el jefe del Apra, se refugió en la embajada de
Colombia, creando un problema que llegó hasta la UN. Hasta 1954 no le fue posible salir del
territorio peruano.
En junio de 1950, el general Odría llamó a elecciones para el mes siguiente, y presentó su
candidatura presidencial, dejando el gobierno, que asumió el ministro de Guerra, general
Noriega. No fueron aceptadas otras candidaturas y el general Odría fue el candidato único;
resultó triunfante en las urnas el día 2 de julio, por un período de seis años. Previamente se
produjo el fracaso de otro movimiento subversivo que había estallado en Arequipa.
Entre los hechos importantes de su gobierno debe mencionarse su visita al Brasil, a fines de
agosto de 1953, durante la cual se firmaron cinco tratados de comercio y transporte, de gran
importancia para la vida económica del país.