HISTORIA DE AMERICA - El período colonial
EL VIRREINATO DE NUEVA GRANADA
La primera creación de este virreinato sobre la base de la antigua jurisdicción audiencial
(instalada en Santa Fe de Bogotá en 1549) data de 1717, pero suspendida su aplicación poco
después, quedó definitivamente en pie sólo en 1739. A su jurisdicción correspondía el
territorio de las actuales repúblicas de Colombia y del Ecuador (antigua presidencia de Quito),
cuya anexión se hizo quitándoselo al virreinato del Perú. La capital fue Bogotá (la antigua
Batacá de los chibchas). Otras ciudades importantes eran los puertos de Cartagena y Porto
Bello, célebres por su importancia comercial durante las ferias que se celebraban en ocasión de
la llegada y partida de los convoyes de galeones de España; Guayaquil, sobre el Pacífico;
Popayán, centro minero. La intensa despoblación indígena trajo como consecuencia la
existencia en ese virreinato de una desusada proporción de blancos, así como de una
conservación extremadamente pura de la lengua española. La población total no pasaba de los
tres millones de habitantes, de los cuales algo más de medio millón correspondía al territorio
del actual Ecuador (en donde la proporción de sangre india era mucho más fuerte).
Desde 1564 dependían del arzobispo de Bogotá cuatro obispos. La riqueza era mucho menor
que en México o el Perú. Prueba de ello son las magras rentas de la Corona, que no alcanzaban
más que a tres millones de pesos y que dejaban a la administración virreinal perpetuamente en
déficit. La necesidad de una defensa militar fuerte, debida a la amenaza de los piratas del
Caribe especialmente, contribuyó a acentuar esas dificultades financieras. Las riquezas
minerales eran mucho más escasas que en los dos virreinatos "ricos". Pese a ello existieron
casas de moneda en Bogotá y Popayán. La presidencia de Quito producía tejidos de lana que,
dada la baratura de la mano de obra indígena, tenían fácil salida. El tabaco, el cacao y otros
productos vegetales se daban bien sobre la costa. La enseñanza superior estuvo atendida por
la Universidad de Bogotá (1610) y por las de San Gregorio (1586) y Santo Tomás (1594), de
Quito. Ambas ciudades tuvieron imprenta aunque más tardíamente que en otras partes.