HISTORIA DE AMERICA - La época del Descubrimiento
LA CONQUISTA DE CUBA Y TIERRAS VECINAS
El pleito entablado por los hijos de Colón había sido fallado dándole a Diego el hijo
legítimo el derecho de colonizar y gobernar las tierras descubiertas por su padre, pero el rey
Fernando (a la sazón regente de Castilla) dio largas a la resolución, hasta que el casamiento de
dicho Diego con María de Toledo, sobrina del duque de Alba, le incitó a cumplirla. Diego
reemplazó, pues, en la Española (actual Santo Domingo) a Ovando, que a su vez había
sustituido a Bobadilla. Pero mientras Ovando ejercía su prudente gobierno, dos enviados
suyos realizaron expediciones importantes: Ponce de León exploró a Boriquén (hoy Puerto
Rico) y Ocampo reconoció el carácter insular de Cuba.
Llegado Diego a su gobierno, a mediados de 1509, con toda su familia, despachó a Diego de
Velázquez, con 300 hombres, a conquistar a Cuba. La conquista fue rápida y pacífica, por la
índole sumisa de los indios. Sólo combatieron un grupo de exilados de la Española, que allí
habían hallado refugio. En tres años toda la isla quedó dominada. En tanto Alonso de Ojeda y
Diego de Nicuesa excitados por una común rivalidad soportaban e infligían rudos
castigos en las zonas continentales vecinas al golfo de Darién. Una y otra expedición
terminaron en desastre. Ojeda sobrevivió a las heridas que su- friera en San Sebastián, asiento
de ciudad que fundó en su zona, solamente para ir a morir en Santo Domingo. En cuanto a
Nicuesa, fundó a Nombre de Dios, colonia pronto reducida a casi nada por la hostilidad
indígena.
Antes de partir de la Española, Ojeda había contratado con Enciso el envío de unas gentes que
lo reforzaran. Esa expedición, de sólo 150 hombres, transportaba a su bordo, en calidad de
polizón, a un pobre hidalgo de Jerez que se llamaba Vasco Núñez de Balboa y estaba llamado
a altos destinos en la historia. Al llegar a Cartagena toparon con Francisco Pizarro que
comandaba al grupo de los sobrevivientes de San Sebastián.
Era tanto el orgullo, el anhelo de gloria y el afán de riquezas, que estos pálidos restos de la
expedición aceptaron unir su suerte a la de los que llegaban. Balboa creció en la consideración
general por haber actuado en la expedición de Bastidas y presentarse como conocedor de la
región, y todos, confortados, fundaron en la costa occidental del golfo de Darién una nueva
población a la que llamaron Santa María la Antigua.
Enciso fue juguete de las facciones. Unos sostenían que estaban en territorio concedido por el
rey a Nicuesa; otros estaban encabezados por Balboa, cada vez más importante. A Enciso se le
destituyó, siendo reemplazado por dos alcaldes, uno de los cuales fue Balboa. Una expedición,
de Rodrigo de Colmenares, partida de la Española buscaba a Nicuesa. Llegó a Santa María sin
intervenir en el conflicto y prosiguió la búsqueda, hallándole en Nombre de Dios con el
exhausto puñado de sus compañeros. Rescatado, Nicuesa se dirigió a Santa María,
reivindicando para sí su gobierno con tanto imperio y sed de poder que Balboa reunió a su
gente y le impidió el desembarco. Nicuesa volvió a hacerse a la mar. Nunca más se supo de él,
ni de los suyos.