HISTORIA DE AMERICA - La Conquista
DESARROLLO DE LAS GUERRAS CIVILES
El primer encuentro entre almagristas y pizarristas se libró a orillas del río Abancay el 12 de
julio de 1537, con el triunfo de los primeros y la prisión de Alonso de Alvarado, jefe de los
segundos. Por algunos fugitivos de esta acción, supo Francisco Pizarro de la vuelta de su ex
socio. Una entrevista entre ambos (el 13 de noviembre) no dio resultados. Bobadilla, aparente
mediador, trabajó, en realidad, para el bando de Pizarro y el implacable Hernando, ya en
libertad, siguió tejiendo intrigas. Como jefe de las tropas pizarristas, batió a Almagro, enfermo
y desengañado, en la batalla de las Salinas el 6 de abril de 1538. El verdadero jefe de los
almagristas, Orgóñez, fue asesinado después de la batalla y la victoria de la gente de Pizarro
se empañó por odiosos excesos. Los indios presenciaron regocijadamente esta lucha.
Almagro, conducido en unas parihuelas, fue llevado al Cuzco. Allí se entregó a Gonzalo
Pizarro, quien lo redujo a prisión. Al llegar Hernando mandó instruir un sumario que resulta
un triste testimonio de ingratitudes, rencores y resentimientos. Finalmente, el 8 de julio
Almagro fue sentenciado a ser decapitado. Temeroso de que los almagristas se sublevaran,
Hernando hizo cumplir inmediatamente la sentencia. Almagro testó a favor del rey y de su
hijo natural, Diego, nacido en Panamá y llamado a ser el jefe de la oposición postrera.
Después de muerto Almagro, se presentó Francisco Pizarro en el Cuzco, vistiendo luto (como
después de Atahualpa). Hernando fue enviado a España, a informar de lo ocurrido.
El Consejo de Indias ordenó la prisión de Hernando, en 1540. Veinte años pasó en diversas
prisiones, hasta que en 1560 Felipe II mandó darle libertad.
En cambio, el Consejo no tomó medidas contra Francisco Pizarro y le conservó en el gobierno
de la colonia hasta su muerte.