HISTORIA DE AMERICA - Las Colonias del Norte
LAS COLONIAS DE PROPIETARIOS
Un grupo de colonias no fue ni autónomo ni perteneció a la Corona. Estas fueron las que el rey
concedía a uno o varios favoritos y que por ello se llaman de "propietarios". En éstas el dueño
designaba al gobernador y demás funcionarios (incluso los que se encargaban de la justicia),
cobraba sus diezmos o tributos, ofrecía primas para hacer aumentar la producción y, en
general dirigía a la colonia como si fuera una vasta posesión rural. Entre éstas hallamos a
Maryland, fundada en 1634 por Lord Baltimore, y que se dio la Toleration Act de 1649 para
apaciguar la lucha religiosa. Las Carolinas, concedidas en 1663 por Carlos II a ocho nobles de
su corte, cuyo centro principal fue Charleston, fundado en 1680. La historia de esta última
colonia ofrece el único ejemplo de un gobierno de propietarios derrocado por su propia
asamblea. Ello ocurrió en 1719. Después de una década de negociaciones, la Corona readquirió
la colonia pagando 50.000 libras.
Entre tanto, el duque de York, hermano de Carlos II, entraba en el puerto de Nueva
Amsterdam intimando la rendición de los pobladores holandeses instalados en la isla
Manhattan. Estos valones estaban instalados allí desde 1614, a raíz del descubrimiento del río
Hudson hecho en 1609 por el capitán inglés Henry Hudson, al servicio de Holanda. En 1632
había sido creada la Compañía neerlandesa de la India occidental, con jurisdicción sobre
aquellas riberas. Dicha Compañía abolió en 1638 todos los monopolios, lo que determinó la
prosperidad de la colonia, que no fijé mayor por la voracidad de los accionistas y funcionarios.
Complicada, luego, en una disputa territorial con Massachussets, esto debió resultarle fatal
cuando Carlos II empezó a pensar en transformar a Manhattan en provincia real. A la llegada
del duque de York, el general Stuyvesant no pudo evitar que los colonos lo obligaran a
rendirse. El duque entró en Nueva Amsterdam sin disparar un tiro, levantó el estandarte
inglés y la convirtió en Nueva York. Este acto sorpresivo dio a los ingleses aquella
extraordinaria posesión.