HISTORIA DE AMERICA - La América indígena
LOS AZTECAS
Mientras reinaban en el Anáhuac los chichimecas, otras tribus comenzaron a penetrar y a
instalarse en él. Eran los aztecas, que provenían posiblemente de la región de Puebla, la cual
aun después continuó siendo un lugar importante de esta cultura. No debe olvidarse que
allí, en Cholula, existe el monumento más grande del mundo por lo que hace al volumen, y
que la maestría, la fecundidad religiosa y el nivel de producción de aquella región superan a
los del mismo valle.
De aquellos invasores, unos hablaban náhuatl; otros mixteca. Pero todos, cualesquiera fueran
sus diferencias originarias, se entendieron bien para fusionar sus esfuerzos bélicos y para
llegar a un conglomerado cultural cuyos rasgos más importantes eran un alto potencial
guerrero (fortalecido por toda una estirpe de jefes), una religión sanguinaria e intolerante
(fundada en dioses exigentes de continuos sacrificios humanos) y una serie de prácticas
ceremoniales. Hacía apenas 219 años que los aztecas gobernaban el país cuando llegaron los
españoles, con Hernán Cortés, e invadieron su capital, la ciudad de México-Tenochtitlán.
CARACTERISTICAS DE LA VIDA AZTECA. No hubo un imperio, como afirman los
manuales equivocadamente; hubo sólo una confederación de ciudades, de las cuales las más
poderosas cobraban tributo a las más débiles. No hubo tampoco, en consecuencia, un
emperador sino un general en jefe, el tlacatecuhtli, el "jefe de los hombres", guerrero famoso
por sus virtudes militares, elegido para mandar y que fue depuesto apenas dio señales de
debilidad ante los invasores blancos. Estos dos errores han falseado totalmente, durante
muchos años, la interpretación de la primitiva historia azteca.
No había clases hereditarias. Se progresaba por méritos y el rango era determinado por el
merecimiento. Cada clan tenía diversos funcionarios electivos y los 20 clanes existentes
designaban a cuatro oficiales, cada uno de los cuales mandaba a una de las cuatro fratias en
que se dividía a los guerreros. Un consejo, con facultades extensas, aconsejaba al "jefe de los
hombres". Los ritos eran singularmente sanguinarios; todo guerrero cautivo era sacrificado en
aras de los dioses. Mil detalles accesorios muestran el carácter terriblemente cruel de ese
aspecto de la vida social.
La alimentación se basaba en el maíz y otros productos agrícolas, cultivados en chinampas, es
decir, en balsas cubiertas de tierra vegetal y amarradas a las orillas de las islas. Existía una
clase comercial muy importante, los pochteca, suerte de espías que penetraban en los
territorios vecinos como avanzadas de los guerreros. Los alfareros, los tejedores, los joyeros,
los que trabajaban las plumas, hacían obras delicadas y suntuosas. Los delitos eran
severamente castigados. La enseñanza, en cambio, estaba muy extendida; aun los niños de las
clases humildes eran educados en las escuelas públicas. Los guerreros se agrupaban en
órdenes militares muy reputadas. Los jefes de familia recibían las parcelas de tierra y
quedaban obligados a trabajarlas con los suyos; el abandono de la tierra provocaba la
esclavitud.