HISTORIA CONTEMPORANEA Rusia, Turquía y los Balcanes
LA CRISIS TURCA
La intervención de los imperios centrales Austria y Alemania en la cuestión de Oriente
con motivo del tratado ruso-turco de San Estéfano, señala la aparición activa de nuevas
potencias interesadas en los problemas balcánicos, a las que todavía habría que sumar Italia.
Todas ellas, mancomunadas y separadamente, contribuyeron a deshacer el imperio otomano
para obtener alguna ventaja. Francia se instaló en Túnez, Inglaterra en Egipto e Italia comenzó
a infiltrarse en Montenegro y ocupó el territorio de Trípoli. Austria había obtenido
prácticamente la posesión de Bosnia y Herzegovina y Alemania se dedicó a introducirse
dentro de la propia Turquía para establecer una especie de dominio económico y técnico sobre
ella. Rápidamente, el antiguo y poderoso imperio de los turcos se veía decaer y tornarse poco a
poco en una potencia secundaria.
Sin embargo, todavía conservaba alguna fuerza y pudo imponerse a los griegos en la guerra
que desataron en 1897 con motivo de la anexión de Creta; pero una vez más Turquía fue
derrotada por la coalición internacional. Así las cosas, nada pudo impedir la formación de un
movimiento social y político que fermentara en el seno de la misma Turquía. Contra los abusos
del sultán Abdul-Hamid, el partido de los "jóvenes turcos" organizó una insurrección que
transformó a Turquía en 1908 en una monarquía constitucional. Con todo, al año siguiente
Abdul-Hamid fue depuesto y en tal crisis se sucedieron diversos episodios que debilitaron aun
más la posición internacional de Turquía.