HISTORIA CONTEMPORANEA La primera guerra europea
LA GUERRA MARITIMA Y LA INTERVENCION DE ESTADOS UNIDOS
Mientras se desarrollaban estas operaciones en el continente, las naves alemanas tenían que
hacer frente a la innegable superioridad marítima de los aliados. Las operaciones aisladas que
habían encomendado a algunos cruceros rápidos fueron severamente controladas por la flota
inglesa, que consiguió destruir algunos de ellos en las Malvinas a fines de 1914. Igualmente
fracasaron en la defensa de sus colonias, contra las cuales cumplieron operaciones brillantes
las escuadras de Inglaterra y Francia, a las que se sumó la del Japón, que había entrado en la
conflagración como aliada de Inglaterra. En cambio, la flota inglesa tuvo un grave fracaso al
intentar llevar ayuda a Rusia por el sur mediante un desembarco en Gallípoli, que se frustró
debido a la denodada defensa turca, por lo cual tuvieron al final que evacuar las tropas
inglesas sus posiciones en diciembre de 1915.
Entre tanto, los alemanes se resistían a ceder el dominio del mar. Una flota poderosa puso en
jaque a los barcos ingleses, y el combate final en las costas de Jutlandia probó que podían
resistir duramente. Pero el alto mando alemán sabía que, tarde o temprano, la guerra naval
sería perdida, y que con esa derrota se produciría el ahogo de Alemania. Para impedirlo se
resolvió a desencadenar una furiosa campaña contra el comercio marítimo aliado por medio
de submarinos, un tipo de naves en el cual se consideraba superior a Inglaterra. En enero de
1917 Alemania hizo saber a los países neutrales que estaba resuelta a impedir el acceso de
cualquier clase de barcos a los puertos de las potencias beligerantes, y que sus submarinos
habían recibido orden de atacarlos y hundirlos sin más trámite. La resolución pareció
inaceptable para los Estados Unidos, y en el mes de abril entró en la guerra al lado de los
aliados, desembarcando dos meses después sus primeros contingentes
militares que se
situaron en la retaguardia francesa.