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HISTORIA CONTEMPORANEA – El Lejano Oriente hasta el siglo XIX
JAPON
Como la China, de cuya cultura era heredero, el Japón se mantuvo hostil a los extranjeros y
permaneció cerrado a las influencias y al intercambio con el Occidente. Pero esta situación
debía cambiar, y así ocurrió como consecuencia (le un acto de fuerza por parte de los Estados
Unidos. En efecto, en 1853, cuando ya Inglaterra estaba sólidamente establecida en China, los
Estados Unidos consideraron que era necesario para su comercio en Oriente abrir el Japón al
intercambio. Como el gobierno japonés se opusiera, los Estados Unidos enviaron una escuadra
para que se presentara frente a Tokio y exigiera por la fuerza la apertura del pleno a los barcos
mercantes extranjeros. La demostración de poderío militar surtió efecto, y desde entonces el
lapón toleró que dos de sus puertos comerciaran con los Estados Unidos primero, y con otros
países occidentales después.
El hecho tuvo en la historia interna del Japón consecuencias decisivas. Los dos partidos en que
se dividían los grupos influyentes del país —el del shogun y el del micado— comenzaron a
combatirse y el primero, que ejercía el poder desde mucho tiempo antes, fue derrotado por el
segundo. El micado, representado por el emperador, fue desde su triunfo, en 1868, el jefe
absoluto del país; su política fue desde entonces, fuertemente antifeudal y estuvo orientada a
conseguir una rápida adaptación de la vida económica del Japón a las nuevas condiciones que
le imponía la competencia occidental. Apareció entonces una industria que se desarrolló con
pasmosa rapidez, y simultáneamente se produjo una transformación profunda en la cultura y
en la organización militar y política; en el primer aspecto, se llegó a constituir un poderoso
ejército y una importante flota del tipo de las occidentales, y en el segundo, se estableció un
régimen constitucional (1889).
Así equipado, Japón se lanzó a la competencia con los estados occidentales por el predominio
en China. Se lanzó contra Corea y logró imponerse rápidamente a los chinos; pero tuvo
entonces que ceder parte de las ventajas adquiridas por la presión de los países occidentales,
que, por cierto, no ocultaron su sorpresa por los rápidos progresos de su discípulo oriental.
Rusia era, sobre todo, quien más peligro veía en la expansión japonesa, y por esa causa
chocaron ambas potencias en Manchuria en 1904.
As], pues, de manera sorpresiva, los barcos rusos que estaban fondeados en Port Arthar fueron
hundidos por naves japonesas en 1904 y comenzaron las operaciones terrestres en Corea
afrontando el choque con las fuerzas del zar. Al año siguiente, y después de un terrible asedio,
entraron en la base de Port Arthur, que tos rusos habían alquilado a China. Por mar y por
tierra las fuerzas japonesas dieron cuenta de los fuertes contingentes rusos, y finalmente
convinieron en aceptar la mediación de los Estada; Unidos para dirimir el pleito de la
Manchuria. En Portsmouth se firmó el tratado, que dividía esa región en dos zonas de
influencia; pero dejaba a los japoneses el control de Corea y la mitad de la isla de Sakalina.
Desde entonces, la influencia del Japón debía crecer en todo Oriente, y en China en particular.