HISTORIA CONTEMPORANEA - El Imperio Napoleónico
LA INSTAURACION DEL IMPERIO
Napoleón se sentía totalmente dueño de la situación; pero insatisfecho por la escasa dignidad
que importaba su título de primer cónsul. Soñaba con representar el papel de Carlomagno en
Europa y aspiraba a restaurar la dignidad imperial. Sólo podía temer la resistencia del
sentimiento republicano, y la represión de la conjuración monárquica de 1803 pareció bastar
como prueba de que no negaba su tradición antiborbónica. En consecuencia, sus planes fueron
preparados cuidadosamente, y en mayo de 1804 fue restablecido el Imperio y confiada la
corona a Napoleón Bona-parte. En la catedral de Nuestra Señora de París y en presencia del
papa Pío VII, se coronó emperador por sus propias manos el 2 de diciembre de 1804, y en poco
tiempo quedó organizada la nueva corte, en la que sus parientes y sus partidarios
incondicionales fueron investidos con abundantes títulos de nobleza.
Desde el primer momento Napoleón se propuso establecer un gobierno fuerte, nada
respetuoso de las libertades consagradas por la revolución de 1789 e implacable con los
enemigos o los meramente sospechosos de disentir del nuevo orden. Al servicio del
emperador entraron muy pronto muchos nobles que supieron renovar el brillo cortesano de la
antigua monarquía y realizar los planes autocráticos que él concebía: Talleyrand como gran
chambelán y ministro de Relaciones Exteriores y Fouché como ministro de Policía fueron los
funcionarios representativos del Imperio.