HISTORIA CONTEMPORANEA - Francia durante el Directorio y el Consulado
EL DIRECTORIO
La constitución del año III creaba un cuerpo legislativo compuesto por dos consejos: el de los
quinientos, cuya misión era preparar las leyes, y el de los ancianos, que debía aceptarlas o
rechazarlas. El poder ejecutivo estaba confiado a una comisión de cinco miembros que recibía
el nombre de Directorio.
La gestión de los directores no fue afortunada, en parte por las circunstancias y en parte por su
falta de aptitudes. Las circunstancias eran, sin duda, favorables a una política moderada
porque el sentimiento público era de fatiga después de la campaña extremista de la
Convención; pero como los elementos extremistas subsistían era menester una política
prudente para reducirlos sin incitarlos a nuevas agitaciones. No fue ésta, sin embargo, la
conducta que siguió el Directorio, que apeló varias veces a medidas violentas y llegó hasta
anular las elecciones de 1798 en las que habían triunfado los jacobinos. Por otra parte, la
situación económica era angustiosa, y el Directorio impuso nuevos impuestos que provocaron
profunda irritación en el pueblo.
A todo esto era necesario agregar las consecuencias que derivaban de la calidad personal de
los hombres que se impusieron por entonces. Barras era el ejemplo típico; intrigante, ambicioso
y siempre dispuesto a sacar provecho de todas las situaciones, era el menos indicado para
encarrilar la república dentro de un régimen de confianza y moderación. Así, el Directorio
corrió aceleradamente hacia el desprestigio y sólo pudo computar como saldo favorable de su
gestión el de las operaciones que el general Bonaparte realizó por entonces en Italia y Egipto.