HISTORIA ANTIGUA - La India y la China en el siglo VI a. de J. C.
LA CHINA. CONFUCIO Y LAO-TSE
Por una extraña y sugestiva coincidencia, el siglo VI fue una época de profunda inquietud
religiosa en diversas regiones del mundo antiguo. Los profetas de Israel, Zoroastro, Buda,
corresponden aproximadamente al mismo momento. Y por entonces aparecieron en la China
las grandes figuras de Confucio y Lao-Tse.
Lao-Tse fue un pensador profundo. En la inmensa diversidad del cosmos descubrió él un
principio universal, el Tao, que animaba todo lo creado y en el que había que reverenciar la
fuerza divina universal; pero su preocupación fundamental fue hallar una guía para la
conducta y desarrolló este tema en una obra que tituló Libro de la razón y la virtud. Sostenía
Lao-Tse que el hombre debía alejarse de todo lo que fuera convencional para aproximarse a la
naturaleza, propugnando así una tendencia al retiro espiritual. Esta doctrina no llegó a influir
en las masas populares, que, en cambio, acogieron con devoción las ideas de otro moralista
más próximo a las tradiciones vernáculas, llamado Confucio.
Sostenía Confucio que el principio de la conducta era el respeto a las tradiciones. Había que
amar al emperador como a un padre, respetar a los progenitores y acatar su benévola
autoridad, atenerse a las costumbres antiguas y venerar en ellas a la comunidad. El culto más
importante era el de los antepasados, cuyos espíritus velaban sobre los vivos y esperaban los
ritos con que se apaciguaba su furia. La religión de Confucio o, mejor dicho, su moral
cuajó en el espíritu chino y lo conformó para muchos siglos. Poco mas adelante, cuando
reinaron los emperadores de la dinastía Han (siglo in a. de J. C. siglo in d. de J. C.) la
doctrina de Confucio se hizo creencia oficial y predominó a pesar de la influencia del budismo,
que, por esa época, entró en China y con gran pujanza logró numerosos fieles por toda la
inmensidad de su territorio.
CONFUCIO. El nombre Confucio es la palabra latinizada, por los primeros misioneros, de las
tres chinas: Kung-Fu-Tze, el Maestro Kung. Este retrato, idealizado, data de 1734.