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HISTORIA ANTIGUA - El Imperio durante el siglo IV
LA REACCION DE JULIANO EL APOSTATA
Constantino murió en 337 y sus tres hijos recibieron una parte cada uno del extenso imperio de
su padre. Uno de ellos, Constancio, reveló poseer las mismas ambiciones que Constantino, y
logró poco a poco eliminar a sus rivales hasta quedar solo en el gobierno. Pero esta época de
los hijos de Constantino está manchada por los crímenes familiares más oscuros y
repugnantes; todos aquellos que podían constituir un estorbo para las ambiciones de los tres
hijos primeros, y de Constancio después, sufrieron una persecución despiadada y cayeron en
la lucha.
Sin embargo, sobrevivió un sobrino de Constantino llamado Juliano, a quien las circunstancias
permitieron llegar a ocupar altos cargos. Juliano creció y se educó en el odio de Constantino,
de sus descendientes y de la política sustentada por todos ellos. Así fue como decidió restaurar
el paganismo, acaso no tanto por admiración a su contenido religioso como porque el
cristianismo estaba unido, a sus ojos, con la tradición constantiniana. Dos años solamente reinó
Juliano, desde 361 a 363; durante ese tiempo, el cristianismo, aunque no fue perseguido,
conoció el repudio y el desprecio oficial, en tanto que el Estado apoyaba el resurgimiento de
los antiguos cultos. Pero la obra de Juliano quedó inconclusa con su muerte, y se desbarató
prontamente.
La Iglesia había adquirido ya una fuerza incontrastable; pudo resistir con éxito la ofensiva de
Juliano y preparó, a su vez, el contraataque, por medio de las poderosas influencias que había
adquirido en la corte imperial. Así, cuando llegó Teodosio al poder, la Iglesia ganó
definitivamente la batalla.