HISTORIA ANTIGUA - El imperio de Alejandro Magno
LA CONQUISTA DE SIRIA Y EGIPTO
Las fuerzas macedónicas pusieron a prueba su valor y su disciplina frente a la enorme masa de
guerreros que tenían a su frente, y salieron triunfantes de la prueba. El propio Darío III dirigía
las operaciones, pero nada pudo impedir el desastre y las huestes persas debieron huir
abandonando todo el occidente del imperio en manos de Alejandro. En poco tiempo se
apoderó de casi todas las ciudades sirias; sólo Tiro resistió denodadamente y fue necesario un
sitio de siete meses para abatirla. Luego se dirigió al Egipto, donde entró acogido con todos los
honores por los habitantes, que vieron en él un libertador; Alejandro, en efecto, se preocupó de
no desilusionar a los egipcios y de atraérselos a su causa, para lo cual visitó el santuario de
Amón y se hizo coronar como faraón según el rito tradicional; luego fundó en el delta una
ciudad, que en su honor se llamó Alejandría, y, seguro de que nada amenazaba sus conquistas,
emprendió, en 331, la marcha hacia el corazón del imperio.