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HISTORIA ANTIGUA - El Egipto hasta la invasión de los hicsos
EL PERIODO MENFITA 
A principios del tercer milenio —quizás en 2895— los faraones egipcios decidieron llevar su
capital a una ciudad que estuviera en el límite entre el Alto y Bajo Egipto. Había allí un
monumento, el Muro Blanco, en donde se realizaba la coronación de los faraones con las dos
coronas: la corona blanca del Alto Egipto y la corona roja del Bajo Egipto. Alrededor de ese
monumento surgió la ciudad de Menfis, en la que residieron los reyes de seis dinastías, desde
2895 hasta 2360 a. de J. C. Esta época recibe el nombre de período menfita o Antiguo Imperio,
y durante ella la autoridad de los faraones se hizo cada vez más omnipotente; ahora se
considera al rey no sólo hijo de Osiris sino también hijo de Ra, el Sol, divinidad que adquiere
cada vez más prestigio y a la que sirven con devoción los sacerdotes de la ciudad de
Heliópolis. El rey utiliza su inmenso poder para obligar a todos los habitantes a trabajar en
grandes obras arquitectónicas que exalten su calidad divina; así se comenzaron a construir,
durante la IV dinastía, las pirámides, en las que se depositarían los cuerpos sagrados de los
faraones. Estas tumbas se componían de una cámara sepulcral y de otros recintos destinados a
las ofrendas, sobre los cuales se elevaba la inmensa mole de piedra. Pero no son tumbas
solamente lo que hacen construir los reyes; también se hacen diques y canales para las aguas
del Nilo, templos para honrar al Sol, palacios para los reyes y su corte.
Por debajo del faraón, en efecto, hay una serie de funcionarios de toda jerarquía que gozan de
una vida fácil. Muchos de ellos son parientes del rey, pero otros pertenecen a las familias más
poderosas: así se recluta la legión de empleados del Estado, sacerdotes y guerreros, todos los
cuales se superponen sobre la masa del pueblo, cuyo trabajo debe producir para abastecer a la
nación toda.
Al fin, algunos de estos poderosos que dominaban en las provincias, comenzaron a
independizarse y a pretender el dominio incontrolado de sus territorios. Los sacerdotes, por su
parte, fueron creciendo en autoridad y trataron de someter a los faraones. Muy pronto empezó
una época de guerras civiles que trajo una larga secuela de injusticias y miserias, tras de la cual
un jefe tebano consiguió imponerse y dominar en el país.
LA ESFINGE Y LAS PIRAMIDES DE GIZEH. Tallada en roca viva, la Esfinge no es sino la
estatua del rey Quefren representado con cuerpo de león y cabeza humana. Más atrás se ven
las pirámides, tumbas formidables, la mayor de las cuales mide 145 metros de alto. Se ha
calculado que la construcción de este vasto conjunto arquitectónico de la IV dinastía ha debido
de llevar un período de tiempo que osciló entre treinta y cuarenta años.