HISTORIA ANTIGUA - Los cretenses
LA TALASOCRACIA CRETENSE
Expertos marinos, los pueblos egeos eran hábiles constructores de embarcaciones capaces de
surcar el mar Mediterráneo hasta su confín. Viajaban sin tregua. Hacia el Mediterráneo
occidental acudían no sólo para vender sino también para adquirir el estaño que provenía del
centro de Europa, de España, de Francia y acaso de Inglaterra. Hacia el Mediterráneo oriental,
en cambio, acudían preferentemente para vender tanto los lingotes de bronce como los objetos
manufacturados de cerámica y de metal. Todos los puertos de Siria y del Egipto conocieron las
naves cretenses, portadoras de la más importante industria de la época. Así pudo decirse de
ellos que dominaban los mares, porque no vacilaban en impedir por la fuerza toda
competencia, y a este dominio se le llama "talasocracia cretense".
Los cretenses fueron también colonizadores en cierta escala. Recorrieron las islas del mar Egeo
y las costas del Asia Menor y de Grecia, y allí fundaron factorías, algunas de las cuales fueron
luego importantes ciudades. En ellas impusieron su cultura y fueron reflejos de las ciudades
cretenses. Acaso las más importantes de estas ciudades fueron Mi-cenas, Tirinto y alguna de
las varias ciudades que se elevaron en el lugar de la Troya homérica. Esas ciudades y esa
cultura las encontraron los aqueos los primeros griegos cuando, en el segundo milenio,
llegaron desde el Norte a la península balcánica.
Los aqueos ocuparon y dominaron las colonias cretenses, y supieron asimilarse su civilización.
Todo lo aprendieron y llegaron a hacerse expertos marinos. Un día, hacia 1400, se lanzaron
sobre Cnosos y, según parece, la destruyeron; Creta comenzó a ser una sombra de sí misma,
abatida por el empuje de los aqueos,
que, poco a poco, heredaron, junto con los fenicios, el
dominio del mar. Así acabó la civilización cretense, de la cual los griegos no conservaron sino
un vago recuerdo, del cual es testimonio, entre otras, la hermosa leyenda de Teseo.