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GEOGRAFIA FISICA - Origen del relieve terrestre
MATERIALES VOLCANICOS
Cuando el magma interno alcanza la superficie, ya sea en estado fluido o bastante viscoso, se
llama lava, y puede tener una temperatura de 800° a 1.300° (a veces más), la que se conserva
por mucho tiempo, sobre todo en la porción interna de la masa, que puede seguir fluyendo
mientras la parte externa que se ha enfriado y endurecido le sirve de protección.
Si la lava contiene mucha sílice se dice que es ácida y además tiene la propiedad de ser viscosa
y obturar el cráter con facilidad, lo que provoca violentas explosiones cada vez que ocurre una
nueva erupción. Cuando la proporción de sílice es relativamente pequeña, la lava es básica y
bastante fluida, pudiendo derramarse a grandes distancias del cráter y permitiendo que con
toda comodidad salgan los nuevos materiales arrojados por el volcán. En este caso las
explosiones son raras, ya que falta el tapón que obtura la porción final del conducto eruptivo.
En cuanto a la sílice, el lector puede formarse una idea de ella pensando que la mayor parte de
la arena de las playas marinas está formada de cuarzo, que constituye la sílice más o menos
pura, y que en algunas rocas volcánicas se aísla a menudo, dando lugar a hermosas
cristalizaciones de sección hexagonal.
A la expulsión de lava acompaña la salida de diversos gases, entre los cuales sobresale por su
abundancia el vapor de agua. La presencia casi constante de éste en las erupciones hizo pensar
a muchos que la causa de la actividad volcánica residía en la llegada de grandes masas de agua
oceánica a través de las fisuras de la corteza hasta las zonas ígneas del globo, donde eran
convertidas en vapor, que con su presión favorecía la salida de los demás materiales eruptivos.
Esta hipótesis se apoyaba además en el hecho de que la mayoría de los volcanes se encuentran
cerca del mar. Actualmente se conocen volcanes muy alejados de las costas y se atribuye al
vapor de agua un papel secundario en las erupciones.
Otros gases frecuentes son el óxido y el anhídrido carbónico, el primero de ellos muy tóxico, el
hidrógeno y el metano (que pueden inflamarse), gases sulfurosos que producen
cristalizaciones de azufre junto a las bocas volcánicas, nitrógeno y cloruros metálicos.
En cuanto a las nubes de ceniza, que no todos los volcanes forman, están constituidas por la
lava pulverizada por los efectos de las grandes explosiones, cuyas partículas se enfrían
rápidamente, y que al caer en el mar forman depósitos llamados tobas. Aparte de la ceniza son
arrojados otros materiales sólidos de mayor tamaño: bombas volcánicas, lapilli y arena
volcánica, pero también en este caso se trata de lava que ha sufrido una rápida consolidación al
ser lanzada al espacio. La piedra pómez equivale a una verdadera espuma volcánica
consolidada, y que al encerrar aire o gas puede flotar en el agua debido a su escasa densidad.