GEOGRAFIA FISICA - Océanos y mares
RELIEVE SUBMARINO
Los sondeos han permitido establecer que el fondo oceánico posee un relieve casi tan variado
como el de los continentes, existiendo debajo de la extensa napa de agua salada, mesetas,
llanuras, cordilleras, valles, montañas volcánicas y demás formas de relieve. Se han hallado
incluso fosas de grandísima profundidad, de donde seguramente deben de partir muchas de
las perturbaciones que causan maremotos, y cañones o valles profundos, de paredes casi
verticales, excavados por corrientes violentas (tal vez aguas cargadas de materiales en
suspensión, que debido a su densidad circulan o circularon en otras épocas junto al fondo);
tales cañones se presentan a menudo donde desaguan grandes ríos (Congo, Ganges), pero a
veces en lugares donde aquéllos carecen de importancia (costa oriental de los Estados Unidos
de Norteamérica).
Las mayores profundidades se han medido en el océano Pacífico: cerca del Japón 10.000 m. y
casi la misma profundidad en la proximidad de Filipinas. En el Atlántico se han alcanzado más
de 8.500 m. en las cercanías de las islas Vírgenes (Antillas Menores), y en el Indico se ha pasado
mucho de 7.000 m. El lago más profundo del mundo (el Baikal), tiene 1.700 m. de profundidad.
Es interesante comprobar que las mayores profundidades marinas se han hallado en la
proximidad de las costas y no en el medio de los océanos. Se encuentran establecidas en las
zonas más fracturadas de la corteza terrestre, donde el vulcanismo, los terremotos y los
hundimientos son frecuentes.
A pesar de la variedad del relieve del fondo oceánico, éste no ofrece formas tan irregulares y
tan aguzadas como el relieve continental. La causa reside en el hecho de que los abismos
marinos constituyen un medio relativamente tranquilo ya que la erosión es casi nula;
dominando en cambio el proceso de la sedimentación: aporte de materiales por los ríos, por el
viento, las corrientes marinas y la muerte de multitud de organismos, cuyos caparazones
calcáreos o silíceos o sus esqueletos caen como una lluvia constante sobre el fondo. Todos estos
sedimentos rellenan las entrantes, suavizando las pendientes.
