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GEOGRAFIA FISICA - La acción modeladora
NIEVES PERPETUAS, AVALANCHAS Y VENTISQUEROS
En las montañas muy elevadas, las nevadas reemplazan a las lluvias por ser la temperatura de
la atmósfera inferior a cero grado. La nieve que cae se acumula formando grandes masas
(campos de nieve) que cubren todas las hondonadas y llegan a constituir una superficie casi
continua en torno a la cima. Pero por el propio peso de las capas superiores, las que están
debajo pasan al estado de hielo esponjoso y luego al de hielo verdadero. Este, dotado de cierta
plasticidad, puede descender lentamente desde las alturas siguiendo la pendiente y
adaptándose a las desigualdades del terreno, constituyendo los glaciares o ventisqueros, que
son verdaderos ríos de hielo.
Parte o toda la nieve caída en las montañas se derrite en la estación más calurosa; a la porción
que no llega a derretirse nunca se la denomina, por esta razón, nieve perpetua.
En los Alpes las nieves perpetuas comienzan a los 2.500 ó 2.700 m. En los Andes cortados por
el ecuador, a 4.600 m., pero en la porción árida de esta cordillera, al norte de Chile, hay picos
de más de 5.000 m. que carecen prácticamente de nieve. En cambio, en las regiones polares las
montañas tienen nieve desde la cima hasta la base.
La nieve acumulada en las laderas montañosas suele precipitarse hacia abajo siguiendo la
pendiente con gran violencia, determinando aludes o avalanchas, cuya causa radica
principalmente en el agua de fusión que corre por la base de las masas de nieve que resbalan
entonces con facilidad; otras veces ocurre un desequilibrio debido simplemente al exceso de
nieve acumulada. Esta, al rodar, causa a menudo grandes destrozos, arrastrando bloques de
piedra, sepultando a los árboles y amenazando casi constantemente a los pobladores de los
valles y también de las laderas montañosas.
Los ventisqueros consisten en verdaderos ríos de hielo, que corren generalmente por un valle
de paredes abruptas con gran lentitud, que puede expresarse en centímetros por día, aunque
esta velocidad llega a veces a superar varios metros diarios. Al marchar realizan un notable
desgaste de las orillas y del fondo, ya sea por la presión del hielo o por los cantos de piedra
interpuestos en éste, determinando después de cierto tiempo un verdadero pulimento de las
superficies. En algunos casos dejan buenas de su paso por las estrías que producen.
Los rozamientos contra el fondo y las paredes del valle hacen que las distintas partes de un
ventisquero no marchen con la misma velocidad, siendo ésta mayor en la porción media y
superficial; tales desigualdades obligan al hielo a fracturarse, abriendo grietas por las que se
introducen los trozos de roca que se 'desprenden de las laderas de las montañas, hasta alcanzar
el fondo. Los bloques que marchan sobre la superficie terminan por disponerse en hileras
llamadas morainas o morrenas. Estas determinan en la porción terminal de un glaciar una gran
acumulación de materiales (morrena frontal), hasta el punto de que al detener a las aguas que
se derivan de la fusión del hielo llegan a originar verdaderos lagos.
La marcha del hielo de los ventisqueros obedece a la acción de la gravedad y el hielo se
comporta como una sustancia relativamente plástica, pues se amolda en cierto modo a la forma
del valle, no sin realizar grandes presiones.
La fusión del hielo en una parte del glaciar y su congelación algo más abajo en el sentido de la
pendiente, parece ser otra causa del movimiento de los ventisqueros; claro que el fenómeno se
produce entre masas de hielo infinitamente próximas, aunque siendo general puede causar el
movimiento de toda la masa.