GEOGRAFIA FISICA - La acción modeladora
CIRCULACION SUBTERRANEA
El agua de lluvia caída en un lugar determinado, toma en general tres direcciones distintas:
una parte se evapora, volviendo nuevamente a la atmósfera; otra se infiltra dentro del suelo, de
acuerdo con la permeabilidad más o menos acusada de éste; y una tercera, favorecida por la
pendiente del terreno, corre dando origen a hilos de agua y a aguas salvajes, es decir,
desprovistas de un verdadero cauce, que van a alimentar las corrientes de agua mayores.
Los terrenos arenosos son fácilmente penetrados por el agua; en cambio, los arcillosos o las
rocas muy compactas se oponen a esta infiltración y aunque prácticamente resultan
impenetrables, después de algún tiempo pueden llegar a adquirir cierto grado de
permeabilidad. Esto ocurre a menudo con las rocas calcáreas, que por la acción disolvente del
agua llegan a fisurarse.
Un suelo cargado de humedad (saturado de agua) se hace relativamente impermeable; un
terreno de escasa pendiente está en mejores condiciones para absorber agua que otro de
pendiente muy fuerte. Este último permite una fácil circulación, la que se ve además facilitada
cuando faltan las pasturas y la persistencia de la lluvia es grande.
El agua que penetra en el suelo llega generalmente a zonas de escasa permeabilidad, a lo largo
de las cuales circula con lentitud, de acuerdo con la pendiente, conservando un nivel
hidrostático bastante concordante con el de la superficie del suelo, aunque tiende a
aproximarse a las entrantes y alejarse de las salientes.
La capa de agua subterránea se designa con el nombre de napa freática, y puede demostrarse
su presencia abriendo un pozo de cierta profundidad. Su nivel varía algo con la estación,
ascendiendo durante las épocas más lluviosas y bajando durante los períodos de sequía.
Aparte de la lluvia, alimentan a esta napa subterránea las masas de vapor atmosférico que al
penetrar en el suelo sufren el proceso de la condensación.
En gran parte del Uruguay, en el valle chileno y otras comarcas la napa freática no se halla
muy lejos de la superficie; en cambio, en los desiertos se encuentra a gran profundidad, hecho
que ocurre principalmente en el desierto de piedra llamado Hammada; en el de arena o Erg
suele presentarse cerca de la superficie, especialmente en las zonas deprimidas o que tienen
forma de cubeta, dando lugar a los oasis animados por vegetación de palmeras y otras plantas.
En la pampa argentina algunos médanos arenosos desempeñan un papel importante en la
conservación del agua; lo mismo ocurre con las dunas del desierto o de algunas playas
arenosas.
A gran profundidad existen otras napas de agua que han podido franquear la zona
relativamente impermeable que determina la primera napa al penetrar por lugares donde las
capas sedimentarias afloran o salen a la superficie. Esta circulación profunda está condicionada
por la distribución de las rocas compactas, tales como granito, gneis, etc., como ocurre en la
Argentina, donde esta circulación se realiza de acuerdo con las fracturas y la pendiente de los
bloques dislocados que constituyen el basamento que soporta a las espesas y homogéneas
capas de limo pampeano.
Cuando el agua consigue penetrar en sedimentos comprendidos entre dos capas impermeables,
dispuestas en forma de cubeta debido a una depresión central, se acumula hasta quedar
sometida su porción inferior a una alta presión, que depende de la altura del agua en la zona
periférica próxima a la superficie del suelo. Se dice entonces que el agua es cautiva; realizando
una perforación para alcanzar la zona de mayor presión hidrostática, se puede obtener una
fuente artesiana, ya que el agua subirá con fuerza hasta alcanzar aproximadamente el nivel que
tiene en la zona periférica de donde se transmite la presión a la parte central. En el caso de que
se tratara de una verdadera cubeta, el agua saltaría hasta cierta altura, hecho que ha podido
comprobarse en diversas oportunidades.
El nombre dado a las fuentes artesianas se deriva del de una localidad francesa (Artois) donde
se abrieron con objeto de proveer de agua a la población; posteriormente se han llevado a cabo
perforaciones análogas en zonas desérticas (sur de Argelia, Turkestán) y hasta se ha
conseguido conquistar vastas porciones de los desiertos gracias al agua obtenida por este
singular procedimiento.