FILOSOFIA - Los sofistas y Sócrates
PROTAGORAS
Dice Platón que, en vez de la verdad, los sofistas toman la apariencia como más digna de
estimación, "haciendo aparecer grande lo pequeño y pequeño lo grande, con la fuerza de la
palabra". Y Aristóteles, a su vez, declara que: "la razón más débil la tornan la más fuerte". A
estas dos expresiones de los grandes socráticos, en el Fedro y la Retórica, hay que agregar el
siguiente fragmento de Las Leves: "Comienzan por declarar que los dioses son una invención;
de ningún modo existen en realidad, difieren conforme son los pueblos y la opinión común,
manifestada en la legislación. La belleza varía también, conforme a la naturaleza y la ley; la
justicia no existe en la naturaleza. Lo que se establece u ordena, se erige en regla soberana. Todo
es obra del arte y de la ley y no de la naturaleza..."
"Por esto, agrega Platón, los jóvenes se hicieron impíos; pensaron que no existen dioses, como
los que las leyes prescriben que hay que reconocer. Y de aquí procedieron las sediciones, porque
cada quien tendió a la vida según la naturaleza; vida que en realidad consiste en dominar a los
demás, en vez de subordinarse a ellos, conforme la ley lo ordena."
Los dos grandes sofistas de que trataremos, son Protágoras y Gorgias. Sus opiniones se oponen
radicalmente. Para PROTACORAS, que reflexiona en pos de Heráclito, nada existe, sino que
todo se muda sin cesar. Diógenes Laercio nos ha conservado la sentencia fundamental
protagónica: "El hombre es la medida de todas las cosas; de lo que existe para decidir que existe;
de lo que no existe para decidir que no existe". Por ende, lo que las cosas me parecen ser, son
para mí, lo que me parecen ser; y todo lo que a ti te parezcan las cosas, eso serán para ti.
Agregaba Protágoras que, fuera de la sensación, el alma nada es.
Floreció el gran sofista de 480 a 411 antes de Cristo. Enseñó en Atenas, donde pudo ser rebatido
por Sócrates, según lo relata Platón.