FILOSOFIA - Sócrates y los pequeños socráticos
LAS PEQUEÑAS ESCUELAS SOCRATICAS. CIRENAICOS Y CINICOS
El pensamiento crítico de los sofistas y de Sócrates engendró las teorías que corresponden a las
pequeñas escuelas socráticas: cirenaicos y cínicos.
ARISTIPO enseñó que no conocemos en sí mismas las cosas, sino sólo como las sentimos. El
eudemonismo, que busca la felicidad, se convierte, para Aristipo, en hedonismo. Sócrates, en el
concepto de los cirenaicos, es, como dice Von Aster, "un artista inteligente del vivir". El placer ha
de concebirse como fin de la existencia; por esto ha de ser el mayor posible. El dolor,
consiguientemente, el menor posible. Pero lo sumo sería el placer que no engendrara dolor.
Los cínicos, encabezados por ANTISTENES, sostienen que hay que seguir a la naturaleza,
obteniendo como bien sumo la independencia interior (en donde se ve la ascendencia socrática),
la libertad de la conducta, "la insensibilidad de la persona al incentivo del placer y al aguijón del
dolor".
Ambas filosofías, rivales y opuestas, son individualistas. Los cínicos, al aconsejar el "seguir a la
naturaleza", merecen el reproche profundo que para ellos reserva Ravaisson en su célebre
Ensayo sobre la Filosofía de Aristóteles: "Seguir a la naturaleza es una fórmula especiosa, de
donde surge el desprecio de la decencia y el impudor, tan reprochados a los cínicos". Lo que los
discípulos de Antístenes predicaron no es sino la exageración del principio sobre el que
descansó la antigüedad pagana: "la divinidad de la naturaleza". Símbolo de esta corrupción del
ideal pagano es la vida de Diógenes; en suma, profundamente antisocial, inmoral.