FILOSOFIA - La filosofía en el siglo XIX
TRADICIONALISMO Y SOCIALISMO UTOPICO
En visible parentesco con los orígenes del espiritualismo, aparece la corriente tradicionalista en
Francia.
En Alemania y en Europa Central se superó la concepción del mundo de la Epoca de las Luces,
gracias al vigoroso movimiento del Neohumanismo, con sus grandes filósofos y poetas. En
Francia, la lucha contra aquella concepción del mundo, mecanicista en la ciencia y liberalista en
la política, se libró entre la filosofía del Tradicionalismo (St. Martin, De Maistre, De Bonald,
Bulanche) y los ideólogos de la época. El Tradicionalismo preconiza que la verdad eterna, de la
que es portadora legítima la Iglesia, ha sido dada al hombre en el pasado y, por tanto, debe
mantenerse por la tradición.
Por su parte, el socialismo francés (Saint-Simon, Fourier, Proudhon), así
como el socialismo
inglés (Roberto Owen), ya perciben las grandes consecuencias que trae consigo un régimen
económico de libre cambio, tal como lo enseña la política liberalista; y, aunque las críticas que
dirigen a dicho sistema son utópicas, preparan una importante revolución en el dominio de las
ideas. Roberto Owen llega a asociar a la crítica consideraciones de orden pedagógico. Su obra
Una nueva constitución de la Sociedad humana, está compuesta de "Cuatro artículos acerca de
la educación del carácter humano para dirigirlo en el desarrollo de un plan que perfeccione
paulatinamente la situación de la humanidad"; y Saint-Simon se halla en vivificadoras relaciones
con la filosofía alemana, incluso con la dialéctica.