FILOSOFIA - Kant y el idealismo alemán
SCHELLING Y EL CIRCULO ROMANTICO
En Alemania aparece la romántica a manera de un retoño del idealismo alemán. Sobrestimando
el aspecto subjetivo de la producción artística, convierten el yo absoluto de Fichte en el yo
empírico del hombre genial. La expresión literaria de la romántica alemana es el movimiento del
Sturm und Drang (tormenta e impulso), cuya característica es dar importancia decisiva a la vida
afectiva, en contra de la concepción racionalista de la Epoca de las Luces. En un plano filosófico
hay que mencionar a Novalis, Herder, Tieck, los hermanos Schlegel y, sobre todo, a Schelling.
Novalis ve en la realidad una creación de la fantasía humana. "El mundo se hace sueño, el sueño
se hace mundo". FEDERICO SCHLEGEL (1772-1829) concibe una doctrina filosófica de la
romántica, contraponiendo los conceptos de lo clásico y de lo irónico. La "ironía" consiste en que
el yo del poeta toma como pretexto la materia de su creación, para dejar traslucir en ella su
propia e íntima personalidad.
Entre este círculo romántico se destaca la personalidad de FEDERICO GUILLERMO
SCHELLING, nacido en Leonberg, en 1775. Schelling tuvo una naturaleza precoz,
admirablemente dotada. A la edad de 23 años era ya profesor en la Universidad de Jena. Murió
en 1841. Es una personalidad armoniosa y provista de una rica fantasía creadora. Supo vivificar
la filosofía de Kant y de Fichte y ponerla en relación con nuevos y fecundos problemas. Su
doctrina ha cambiado al correr de su vida. Suelen distinguirse en ella cinco etapas.
La filosofía de la Naturaleza: Ideas para una Filosofía de la Naturaleza, 1797; El Alma del
Mundo, 1798; Primer Bosquejo de un Sistema de Filosofía natural, 1799.
El idealismo estético: El Idealismo trascendental, 1800; Conferencias sobre filosofía del arte.
El idealismo absoluto: Exposición de mi Sistema de la Filosofía, 1801; Bruno o acerca del
principio natural y divino de las Cosas, 1802; Conferencias sobre el Método del Estudio
académico, 1803.
La Doctrina de la Libertad: Filosofía y Religión, 1804; Investigaciones acerca de la Esencia de la
Libertad humana, 1809; En conmemoración del escrito de Jacobi acerca de las Cosas divinas,
1812.
Filosofía de la Mitología y de la Revelación, Conferencias en la segunda parte de sus Obras.
Para Fichte, la naturaleza (el no-yo) es un producto inconsciente del yo. Schelling objeta esta
idea. Un yo inconsciente no es realmente un yo. "Lo que es inconsciente no es aún yo, no es aún
sujeto, sino sujeto y objeto a la vez, o más bien ni una cosa ni otra aún. No existiendo el yo, sin el
no-yo, no se puede decir que produzca el no-yo, a menos de añadir el recíproco; el no-yo
produce el yo." La existencia del mundo objetivo es tanto la condición de la existencia del yo
como la del no-yo. Fichte, que lo ha reconocido implícitamente en su profesión de fe panteísta,
elude la dificultad distinguiendo entre el yo empírico y el yo absoluto; pero ¿con qué derecho
habla de un yo absoluto, si es constante que el yo, es decir el sujeto, no es jamás absoluto, ya que
está por fuerza limitado por el objeto? Luego hay que renunciar a hacer del yo lo absoluto.
El no-yo ¿es absoluto? Tampoco, porque no existe sin condición, no es nada sin el sujeto
pensante. Luego es preciso o negar lo absoluto o buscarlo más allá del yo o del no-yo, más allá
de toda oposición. Si lo absoluto existe, no puede ser más que la síntesis de todos los contrarios,
no puede existir más que fuera y por encima de todas las condiciones de existencia, siendo la
condición suprema y primera, la fuente y el fin de toda existencia subjetiva, como de toda
existencia objetiva (Weber).
Naturaleza e historia se producen por los despliegues dialécticos de una conciencia absoluta. Su
filosofía del arte sostiene que en la creación artística se supera el abismo entre naturaleza y
espíritu, pues mientras aquélla crea como artista, éste lo hace como naturaleza, permitiendo
ambos que en lo individual sea intuido lo universal.
Formas a priori de la intuición sensible, leyes de la percepción objetiva (categorías) y abstracción
racional son las tres fases del yo teórico. La abstracción absoluta por la cual la conciencia se
distingue de sus actos, convierte al entendimiento en voluntad, al yo teórico en yo práctico, que
es la actividad consciente y libre. Las manifestaciones de la vida del espíritu se corresponden
con las de la vida de la naturaleza; el entendimiento con la gravedad; la voluntad con la luz. Los
conflictos entre el entendimiento y la voluntad originan la historia, en la que van predominando
sucesivamente: el fatalismo de la materia y del entendimiento (primera edad), la espontaneidad
de la forma y de la voluntad (segunda edad que dura todavía), y la síntesis de la idea y de la
realidad, tercera edad en la que aparecerá el Absoluto más y más claramente, aunque nunca en
toda su magnificencia. Sólo en virtud de cierta intuición intelectual y cuasimística podemos
afirmar el Absoluto y buscar en el arte y en la religión la forma de expresarlo: al Dios que
concibe la filosofía, le dan realidad el arte y la religión: Arte y Mitología como órganos de la
reflexión filosófica.
