FILOSOFIA - Introducción
No es la filosofía cosa fácil de definir. Mejor será que asistamos a su evolución viéndola surgir al
lado de las religiones y los Estados de la Antigüedad; para después alcanzar su plenitud
solamente en las Ciudades griegas, y concentrarla, más tarde, en Atenas; concentración de
plenitud que dio al mundo a Sócrates, Platón y Aristóteles, los más grandes filósofos de la
historia, si se agregan otros tres nombres insignes: los de Descartes, Leibniz y Kant. He aquí a lo
que se llama "los clásicos de la filosofía": Sócrates, Platón, Aristóteles, Descartes, Leibniz y Kant.
Tal vez agregaría aún, a esta lista gloriosa, un idealista acérrimo, el nombre de Hegel, y un
panteísta, el de Spinoza.
Estudiar algo "desde que brota de lo imperceptible hasta que retorna a lo imperceptible", para
Spencer, es realizar el estudio cabal de una cosa, ya se trate de instituciones humanas, de
cuerpos físicos, de astros y mundos, o de filosofía, leyes o religión. Nosotros, al asistir a la
historia del pensamiento filosófico, vamos a darnos la ilusión de que somos los constructores de
la filosofía, de que la hacemos desde que brota de lo imperceptible. Y como enseña el filósofo
italiano Vico, entenderemos lo que hacemos, porque el hombre sólo entiende, plenamente, lo
que hace: su afán, su tarea, su quehacer, su obra; así como un relojero que fabrica un reloj, sabe
que su máquina no tiene misterios para él. Sin embargo, acaso es ser demasiado optimista,
pretender situarse en la hipótesis propuesta.
