FILOSOFIA - La filosofía del Iluminismo
LOS ENCICLOPEDISTAS
En el siglo XVIII, Francia llegó a contar con la obra más importante para divulgar la filosofía del
Iluminismo. Esta obra fue la Enciclopedia, o sea un gran "Diccionario razonado de las ciencias,
artes y oficios", editado entre 17521772, en 35 volúmenes, bajo la dirección del gran escritor
DIONISIO DIDEROT (1 7 13- 1784) y del eminente matemático JUAN DE ROND D'ALEMBERT
(1717-1783). Casi todos los intelectuales de alcurnia de aquella época dieron su nombre a esta
magna obra: Montesquieu, Voltaire, Quesnay, Turgot, Holbach, Rousseau. La primera edición
contó ya con 4250 suscriptores. Prohibida inútilmente por la autoridad, continuó, no obstante,
editándose, cada vez con mayor fortuna.
D'Alembert redactó la introducción (Discours Preliminaire) de la obra. "A la época de la religión
y de la filosofía, escribe D'Alembert, en su introducción, ha sucedido ahora la época de la ciencia;
en otras palabras, a la fe y a la sospecha vaga ha sucedido el conocimiento cierto. Le siécle de la
science: la ciencia de que aquí se habla es la ciencia natural, el examen de las cosas, del universo,
conforme al método científico de la naturaleza".
A Diderot se le considera el alma de la Enciclopedia. Esta, en general, defiende: un racionalismo,
que se manifiesta como una tendencia iluminadora de la razón; un optimismo, que de ella
proviene y que esperaba disipar las sombras de la ignorancia y la superstición; una actitud
materialista y anticlerical, en el campo propiamente filosófico y religioso; y, por último, la
posición liberal, en el campo de la política.
Otro enciclopedista, DIETRICH HOLBACH (1723-1789), redactó la obra más importante del
materialismo francés en el siglo XVIII. Lleva el título de Sistema de la Naturaleza y, el subtítulo:
"Leyes del mundo natural y moral".
Hablando de parecida manera que Epicuro y Lucrecio, quiere librar Holbach a los hombres del
terror de lo suprasensible y hacerlos volver a la naturaleza. No existe más que la materia eterna
subsistente por sí misma y su movimiento; todo nace de ella y vuelve a ella. Los seres
sobrenaturales, suprasensibles, son sólo creaciones de nuestra imaginación. La naturaleza se
halla sujeta a leyes inquebrantables de rigurosa necesidad mecánica. Todo se encuentra en ella
en constante movimiento y evolución; quietud y reposo es sólo aparente. La conciencia humana
también se halla sometida a las leyes de la materia: depende de los nervios del cerebro. No hay
libertad de la voluntad. La muerte es sólo un paso a otra forma de existencia.
La doctrina de Holbach ya fue fuertemente combatida en su época, incluso por algunos
enciclopedistas. Entre sus partidarios hay que mencionar a MELCHOR GRIMM, alemán como
Holbach; JUAN MESLIER, y CLAUDIO ADRIANO HELVETIUS.
