FILOSOFIA - La filosofía en Hispanoamérica
LA TRADICION ESCOLASTICA
Por lo que concierne a la filosofía, ésta aparece en Latinoamérica al iniciarse la enseñanza
superior en la Nueva España. La primera institución de cultura superior fundada en América,
fue el Colegio de Santa Cruz de Tlaltelolco, en México. El virrey don Antonio de Mendoza
(muerto en 1552) mandó edificar el Colegio con propios recursos y le donó ciertos bienes para
que, con el producto de ellos, pudiesen vivir los colegiales indios que habían de ser allí
instruidos. En sus orígenes, el plan de enseñanza del Colegio de Santa Cruz de Tlaltelolco
comprendía dos grados: de educación elemental, de parecido tipo a la que se impartía en el
Convento de San Francisco de México (Colegio de San José de los Naturales), y de educación
superior, que abarcaba fundamentalmente los estudios humanísticos.
Con el tiempo, el esfuerzo docente de la institución se encontró en torno de los estudios
superiores. Se cultivaba de preferencia la lengua y literatura latinas, la retórica, la medicina
indígena, la música y la filosofía. En este respecto, el Colegio de Santa Cruz de Tlaltelolco tuvo
grande y prolongada influencia. Produjo maestros que no sólo enseñaban las lenguas indígenas,
sino también las artes liberales. Salieron de sus aulas aventajadísimos alumnos, que llegaron a
su vez a enseñar en el mismo Colegio, y más aun: también llegaron a impartir cátedra de
humanidades en los conventos, a estudiantes religiosos, españoles y criollos. De esta suerte,
algunos indios se convirtieron en maestros de los conquistadores, los que, a decir verdad, no se
sentían humillados al recibir enseñanza de quienes se habían elevado a un grado de tan notable
saber.
Más tarde se fundan las primeras Universidades en el Nuevo Mundo, la de México en 1551 y la
de San Marcos, en Lima, un año después.
Con el tipo de universidad medieval pasan a América la filosofía y la teología escolásticas:
primero la filosofía como dialéctica y formando parte de las siete artes liberales, substancial
contenido de la educación encíclica de tipo secundario; después las clásicas disciplinas
filosóficas (metafísica, matemática, física, psicología, moral...).
El método escolástico, como se ha dicho ya, consistía en presentar los argumentos en pro y en
contra de ciertas proposiciones (existencia de Dios, inmortalidad...) con la mira de obtener
deductivamente una conclusión en concordancia con los principios de la dogmática católica. Si
el punto en debate era de carácter teológico, había que aducir tres clases de argumentos. El
primero de éstos se fundaba en la Biblia, el segundo en la tradición eclesiástica (Padres de la
Iglesia y Concilios) y el tercero en la ausencia de contradicciones, pues la Revelación es
suprarracional, pero no andrracional.
