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FILOSOFIA - Aristóteles
LA FILOSOFIA DEL ARTE
El arte —según Aristóteles— es interpretación de la naturaleza, como técnica y como poesía. El
arte proporciona a la ciencia el medio de conocer la existencia. De donde deriva la importancia
que concede el Filósofo al arte y su conocimiento.
Concibe el artista la forma, y hace que la materia la revista. La técnica consiste, precisamente, en
el esfuerzo que pone la forma en la materia. Sólo por el conocimiento de la técnica puede
alcanzarse el del arte.
No hay que exagerar, empero, el punto de vista de la técnica. Isócrates —como los sofistas—
hizo del estudio de la técnica el conocimiento cabal del arte. Esto constituye un error evidente,
porque el medio no se concibe sino por su referencia al fin. La referencia del medio al fin lo
torna inteligible.
La acción del artista es creadora, poética, no teórica como la del filósofo, ni práctica. No es
puramente racional, ni sólo práctica. El arte constituye un "justo medio" entre la ciencia y la
acción.
Hay dos especies de arte. Si se considera lo útil como objeto de la actividad artística, ésta
prolonga en su esfera propia la obra de la naturaleza. El médico, por ejemplo, en el ejercicio de
la medicina, interpreta la naturaleza humana y, en cierta forma, la prolonga, al crear los medios
de devolver al enfermo la salud. Señala la naturaleza al médico su camino; pero él lo perfecciona,
lo crea.
También el político se funda sobre lo que la naturaleza sociable del hombre le enseña; pero, con
su arte, continúa el político la obra de la naturaleza, teniendo en cuenta el supremo bien de la
Ciudad.
Al lado de las artes útiles, están las liberales. También se basan en la naturaleza; pero se refieren,
al imitarla, no a lo que es, sino a lo que debe ser. La esencia ideal es la imitada y realizada en la
poesía y la tragedia. De este modo quedan entre sí relacionados y distinguidos el arte útil y el
arte bello.
Es la tragedia, imitación de una acción importante y única; por la compasión y el terror, purifica
a la mente de estos afectos. La acción trágica se contiene en un tiempo circunscrito, en un sitio
definido. Todos sus recursos los concentra. La pasión derivada del carácter, llega al paroxismo;
pero las circunstancias la modelan, y el pueblo que asiste al espectáculo ama y odia con el actor;
con él asciende al ápice trágico, para al fin purificarse con la resignación y la serenidad que
impone el destino.
La poesía es más filosófica, mejor que la historia, porque en tanto que la historia se ciñe a
expresar los sucesos contingentes, la poesía, imitación de la esencia ideal de los acaecimientos,
se refiere a lo absoluto y lo expresa en su ser.
Las dos leyes poéticas son: la verosimilitud y la necesidad. Si se supone escrita en verso la obra
de Herodoto, continuará siendo una obra histórica, porque Herodoto relata lo que acaeció una
vez, en tanto que el poeta dice lo que habría podido acaecer.
Por esto es la poesía más filosófica y mejor que la historia. Se refiere a lo universal, que es
siempre, no a lo particular transitorio.
La Poética de Aristóteles, como la Crítica del Juicio de Kant, ocupa una posición medianera
entre la lógica y la ética. Esta concordancia de ambos grandes filósofos, en punto de la situación
de la esfera del arte, prueba que, en efecto, la Belleza está o reside entre la Verdad y el Bien. El
arte útil y el arte bello constituyen el "justo medio" entre la teoría y la práctica.
En Kant, el arte puro se caracteriza como desinterés; la contemplación de la esencia no se
alcanza por la pura razón. En Schopenhauer, se vuelve a la postura platónica. Las Ideas se
contemplan independientemente del "principio de razón". Pero también en este último pensador,
la contemplación estética es intermedia entre la teoría científica y la acción moral.
Parece, por tanto, una verdad filosófica la que afirma que la actividad artística es algo dotado de
una naturaleza intermedia entre la razón y la acción.
El punto neutro, en que tal vez se revela con más pristinidad la esencia de las cosas, es la obra de
arte, situada a igual distancia de los análisis y la síntesis de la razón, y las vicisitudes de la
acción.
El acto creador, poético, se informa en esta contemplación desinteresada de lo real, que el artista
formula en su obra. Es el mundo del arte, que sobre la realidad transitoria elabora su
construcción espiritual.