ECONOMIA POLITICA - El precio
EL RENDIMIENTO NO SE MANTIENE PROPORCIONAL CON EL ESFUERZO
REALIZADO
Si en una hectárea de tierra en lugar de una persona trabajan dos, es posible que se obtenga
doble producción; si se agrega una tercera, es posible que el rendimiento aumente, pero en
menor proporción y una cuarta tal vez no ocasione un mayor beneficio. Lo mismo sucede
en todos los casos en que se aumenten las cantidades de uno de los factores de la
producción mientras permanecen constantes los demás. Si así no fuese, tendríamos el
evidente absurdo, comprobado por la experiencia, de que, agregando a una cantidad
determinada de un factor una cantidad indefinida de otros, podríamos, a nuestro placer,
acrecentar indefinidamente la cantidad de un producto.
En el ejemplo anterior, permaneciendo el factor tierra constante, no podemos aumentar
indefinidamente su rendimiento, aumentando solamente la fuerza de trabajo que actúa
sobre ella; llegando a cierto límite en los rendimientos, debemos traer a la producción más
hectáreas de tierra, si no queremos que decrezcan los beneficios.
Lo mismo ocurre con el trabajo del obrero. En dos horas producirá el doble que en una; a
medida que aumente el número de horas, crecerá su rendimiento, pero no en la misma
proporción, puesto que la fatiga irá disminuyendo la potencialidad de su esfuerzo. Llegará
un momento en que convendrá que suspenda las tareas, puesto que el rendimiento no
compensará el esfuerzo realizado.
