DIBUJO DE FIGURA - Medidas para dibujar una cabeza del natural en diversas posiciones
CABEZA DE PERFIL
La figura nos presenta un modelo visto de perfil.
Conviene siempre trazar una línea recta frente al rostro, porque nos servirá de guía para
construir el perfil de la cabeza, considerando el saliente de los huesos de la frente o del
maxilar inferior, la nariz, etc. Dicha línea recta será vertical cuando la cabeza esté levantada
mirando hacia el infinito; de lo contrario esta línea caerá oblicuamente hacia adelante o hacia
atrás, según la posición del modelo. En cuanto a la colocación de la oreja en su lugar con
respecto a la altura, vemos que su medida, por lo general, es igual al espacio comprendido
entre las cejas y la nariz. Para situar al mismo tiempo la oreja en su lugar, sin correr el riesgo
de que el pabellón de la misma no coincida con el conducto auditivo, conviene formar un
cuadrado en la parte superior de la cabeza: con la horizontal de la base de la nariz y de la
oreja; desde la punta de la nariz se levanta una vertical hasta la bóveda del cráneo, sobre la
que trazamos la horizontal que une las dos verticales paralelas; completando así el cuadrado
de la manera conocida. Ubicaremos luego la oreja como lo indica el grabado.
En el modelo vivo observaremos bien si los órganos de los sentidos están colocados igual que
en estas figuras o, de lo contrario, cuáles son las diferencias debidas a cada fisonomía. Una
vez hecho esto, obraremos en consecuencia.
Esta geometrización de la cabeza nos resulta de una utilidad enorme, pues por medio de los
espacios divididos podemos proporcionar cualquier modelo perfectamente, ya que cada uno
de esos espacios nos sirve para compararlos con el resto de la obra y dominar el conjunto de
un modo razonado.
Repetimos especialmente lo anteriormente dicho acerca de las medidas que sirven para
ajustar las proporciones de un modelo: recuérdese que cada modelo tiene sus medidas
propias y que los procedimientos geométricos que aconsejamos han de servir solamente a
manera de ejemplo para orientar mejor al estudiante en la tarea de su predilección. En ningún
caso se pretenderá aplicar esas mismas medidas a todos los modelos: nos son utilísimas como
guía, porque, como ya hemos dicho, nos enseñan a razonar y agudizan en nosotros la
correcta observación con la cual vamos conquistando la seguridad en el dibujo, pero usadas
como infalibles, nos conducirían al fracaso (falta de carácter personal, inexpresividad, etc.).