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DIBUJO DE FIGURA - Dibujo de un desnudo con modelo vivo
TERCERA ETAPA
En la segunda etapa de nuestra labor nos hemos extendido acerca de la necesidad de ajustar
el dibujo y colocar el primer tono general del claroscuro.
Ya sabemos que para hacerlo en forma orgánica debemos marcar la luz más intensa y la
sombra más acentuada.
Evitaremos así trabajar con el falso concepto que consiste en comenzar por los detalles para
llegar al todo. Al dibujar un desnudo debemos proceder igual que en todas las cosas que se
nos ocurra dibujar. Siempre del todo a las partes, tanto en lo referente al estudio de las
formas realizado simplemente con líneas como también en los casos en que nos referimos al
tono de su claroscuro; sabemos que es absurdo, por ejemplo, agregar las sombras fuertes, las
medias tintas, los reflejos y las luces en una obra resolviéndola por pedazos aislados.
Una vez puesto el tono general de las sombras pasaremos a la tercera etapa del dibujo.
Llegados aquí, observaremos detenidamente el modelado del dibujo con el objeto de añadir
las medias tintas que en forma de pasaje envuelven suavemente al modelo. Vemos en nuestro
ejemplo de la fig. M que, con distintos grados de intensidad, los tonos son más luminosos a
medida que se aproximan a la luz. En nuestro modelo las luces y las medias tintas que rodean
a la cabeza son mucho más brillantes, por ejemplo, que las luces y medias tintas que rodean a
la pierna y al pie; así, pues, nos esmeraremos por establecer una perfecta graduación en el
claroscuro entre esos dos extremos.
Si analizamos la cabeza en conjunto vemos que el cabello tiene en la parte de la nuca un tono
intenso de sombra, en cambio, la frente aparece con un plano de luz y desde la raíz del
cabello en la frente existe una media tinta que establece el pasaje entre ambos extremos. La
cara está casi enteramente envuelta por la luz, pues tiene solamente pequeños planos de
medias tintas bastante luminosos por cierto. Luego otra media tinta envuelve al cuello y al
maxilar inferior; para separar las dos masas se ha puesto un suave reflejo de la luz en esa
media tinta marcando el maxilar inferior.
El tronco está envuelto casi totalmente por medias tintas, pues la zona luminosa está oculta
por el brazo derecho. El oscuro más fuerte está en el paño del slip, cuyo tono bajo tiene su
equivalencia en la sombra proyectada por el tronco y los prismas sobre el muro. Los puntos
más luminosos de la zona están en el hombro, el brazo y el vientre. Este último plano de luz
permite destacar el brazo por el contraste que se produce con la sombra de este último. Esto
acentúa el efecto de distancia que existe entre ambos.
La parte superior del muslo derecho del modelo está iluminada. No obstante ello su
luminosidad es menos brillante que la cara y los hombros en razón de que está más lejos del
foco de luz. Además, vemos que el muslo derecho, por estar en primer plano, se encuentra
más iluminado que el izquierdo; con este recurso se obtiene el relieve necesario que permite
destacar la masa más próxima trayéndola hacia adelante por efecto del contraste. La parte
inferior del muslo está envuelta por una media tinta general bastante oscura, la cual tiene
algunos acentos más intensos cerca de la rodilla. Asimismo en esa zona advertimos la
presencia de pequeños reflejos con los cuales se enriquece el modelado al mismo tiempo que
separa al muslo de la sombra proyectada.
La pierna derecha, como pertenece a la zona más alejada del foco de la luz, está envuelta por
sombras de tonos más bajos. En toda ella no existen planos brillantes, pues la parte anterior
tiene como luz medias tintas, estando envuelta la región lateral y posterior en sombras
bastante fuertes, debiendo observar que su tono no llega al negro del slip; es de notar, en
cambio, que tiene la misma intensidad de sombreado que la rodilla izquierda del modelo.
Entre la pierna derecha y los prismas aparece el talón del pie izquierdo en vuelto en una
suave media tinta y luz que establece un contraste entre ambos de un modo admirable.
Además, ese plano de luz, aunque tenue, ha sido puesto detrás de la pierna derecha, que está
en sombra, con el objeto de destacar a esta última. De no ser así, quedarían fundidos entre sí
todos los planos de la región, quitándole interés e importancia. Lo mismo ocurre con las
sombras proyectadas por las piernas sobre las tarimas, las que siendo rectas, contribuyen a
dar realce al conjunto por el equilibrio con las curvas, como ya lo hemos estudiado en el
capítulo dedicado a la armonía de las líneas.
El fondo de este trabajo está resuelto de tal manera que contribuye a dar la idea, no solamente
de la tercera dimensión, sino también de los dos planos verticales sobre los que se destaca el
modelo. Esta diferenciación se ha conseguido por medio de la distinta intensidad de las
sombras, de las cuales una —sobre la cual distinguimos todo el perfil anterior del modelo—
es propia de la pared, mientras que la que se proyecta sobre el plano en perspectiva y en el
que se apoya el modelo, es producida por el volumen de este último y por los prismas. Como
la luz está de frente al modelo, iluminándolo intensamente, la sombra por él proyectada es
muy oscura y delineada. En cambio, como la otra pared no recibe sino indirectamente la luz,
y, por lo tanto, debilitada, la sombra —propia en este caso, como ya hemos dicho— será,
generalmente, una media tinta. Esta podrá ser reforzada en su intensidad si se desea destacar
un poco más los perfiles del modelo, dando así mayor realce al conjunto.