DERECHO PRIVADO Generalidades y definiciones
LA LEY Y LA COSTUMBRE
Unos Códigos admiten la costumbre como fuente del derecho. Otros la niegan. A mi juicio
llevan razón los primeros. El hábito tiene más fuerza que la ley misma. Cuando los pueblos
se empeñan siglos y siglos en hacer o en no hacer una cosa, es inútil que las leyes se aferren
en disponer lo contrario. La costumbre prevalecerá siempre. Estos dictámenes de los pueblos
suelen tener su arraigo en altas necesidades históricas, en asentimientos generales de la
sociedad, y cuando ésta quiere una cosa, siempre que no sea criminal o perturbadora, lo
sensato y cuerdo es rendirse a ella y aceptar que de la costumbre se derive el derecho, en
lugar de tomar a éste corno contradictor de aquélla.
En relación con el tema cabe hacer una importante observación. Para muchos espíritus la ley
es un mito invulnerable y no se puede hacer nada que la infrinja o contradiga. Tal concepto
es excesivo y de día en día va siendo aminorado. El espectáculo frecuente de un juez que
falla contra su conciencia puesta en oposición con la ley escrita, dando origen a conflictos de
todos órdenes, sobre todo morales, se hace cada vez más intolerable.
Así, cuando se produce una pugna seria y verdadera entre la ley y la conciencia del
juzgador, deben buscarse garantías para que prevalezca ésta sobre aquélla. Otra cosa es la
negación de la justicia misma. Llegado tal caso, debe dispensarse al juez de fallar y
entregarse el asunto a otro Tribunal de más personas o adornado de mayor competencia o
permitir por cualquiera otra vía extraordinaria que el juez falle separándose de la ley.