DECORACION DE INTERIORES - Cómo deseamos que sea nuestra vivienda
DESPUES DEL ANALISIS: UN PLAN
Suele decirse que el pensamiento creador se presenta bajo dos aspectos: uno abstracto,
universal, científico, y otro personal. Esas dos formas del pensamiento contienen exigencias
que parecerían irreductibles al enfrentarse en cada uno de nosotros. Pero es precisamente ese
conflicto permanente entre la razón y la intuición, la ciencia y el arte, por buscar el acuerdo
entre esos dos polos opuestos, lo que da a nuestro pensamiento un movimiento infinito.
Los problemas que se presentan al decorador no escapan a esta verdad y están determinados
por principios que responden a la utilidad y a la estética.
Lógicamente una casa ha de ser ante todo confortable, concebida para el trabajo y el reposo.
Debe dar la posibilidad de desplazarse en ella sin inconvenientes. Pero al mismo tiempo el
espíritu debe encontrar solaz en aquella vivienda a la que él no puede ser ajeno, pues
comparte con el cuerpo su habitación.
El reposo y la quietud que da un cuarto armonizado se obtienen mediante una arquitectura
calculada y el empleo de muebles, tapices y ornamentaciones simples y confortables. La
circulación se facilita por medio de disposiciones ingeniosas que simplifican el acceso y el
uso de los muebles. De esta manera los movimientos resultan cómodos y rápidos.
Estos principios son la base de la realización de un plan de decoración que debe completarse
con el análisis de las actitudes, profesión, hábitos, gustos y deseos de los habitantes. Ha de
tenerse, por lo tanto, un cuadro general de la casa que se desea, y de la clase de vida que se
quiere vivir en ella. ¿Es para un lugar rústico o para uno elegante? ¿Quiere buscarse un estilo
puro, exigente, o se prefiere algo liviano, ecléctico, ligero?
¿Se prefieren los estilos tradicionales aunque no de lujo? ¿O los modernos de lujo? ¿Invita
frecuentemente a amigos? ¿Le gusta dar cenas especiales? ¿Qué hace para que la vida mutua
sea agradable? Las respuestas a estas preguntas dan por sí solas una parte fundamental del
plan. Conviene recordar que buena decoración no quiere decir exactamente decoración cara.
Lo mejor es ser elegantemente simple, y saber poner a todo un leve sello personal.