BANCO Y MONEDA - La moneda y sus funciones
La historia económica nos enseña que en los tiempos primitivos el cambio de productos se
hacía mediante el trueque individual. Mientras las necesidades eran reducidas y escasas las
mercaderías cambiadas, el trueque se desarrolló sin inconvenientes; pero con la ampliación
de los mercados dichas transacciones resultaban de realización difícil, porque exigían que
existiera una coincidencia en los deseos de las personas que realizaban el trueque.
Cuando el producto ofrecido no era el que necesitaba el otro interesado, había que encontrar
una tercera persona que estuviera dispuesta a canjear ese artículo por otro que fuera del
beneplácito del operador original.
El ejercicio continuado del trueque hizo que algunos productos fueran más demandados que
otros, como sucedió con las conchas, flechas y anzuelos en el período de la caza y la pesca;
con el ganado vacuno y ovino en el período pastoril, y el arroz y tabaco en la etapa agrícola.
En el período de transición a la economía monetaria se utilizaron en la China e India cierta
clase de cuchillos y de anzuelos.
Los bienes de empleo más generalizado como medios de cambio han sido el oro y la plata,
habiéndose mostrado especial preferencia por el oro, que entre otras condiciones reúne la de
no sufrir desgaste con el tiempo y tener un valor importante en un pequeño volumen, lo que
permite su conservación y transporte.
Durante mucho tiempo la moneda fue metálica. Cuando circulaba un solo metal el sistema
monetario era monometalista y cuando lo hacían dos metales era bimetalista.
El régimen monometalista más común fue el del oro, y el bimetalista el del oro y la plata.
Cuando el Estado intervino en la fabricación de la moneda, apareció la acuñación como una
función inherente al mismo. La acuñación podía ser a título gratuito u oneroso. En este
último caso, el importe que percibía el Estado podía corresponder al costo de la acuñación o
representar un verdadero impuesto.