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BANCO Y MONEDA - La moneda y sus funciones
DEFINICION Y FUNCIONES DE LA MONEDA
Hecho este esbozo de las distintas clases de moneda, podemos ahora explicar qué se
entiende por moneda y cuáles son sus funciones.
Se da el nombre de moneda —según una de las definiciones más conocidas—a aquellos
artículos que son comúnmente aceptados en pago de mercaderías o servicios y en
cancelación de deudas y que se expresan como múltiplos o fracciones de alguna unidad que
se considera como el común denominador o medida del valor de las cosas en general.
La moneda facilita el cambio de bienes y servicios. Para que sus funciones se cumplan sin
tropiezos es necesario que actúe como medio de pago, como común denominador de los
valores, como patrón de pagos diferidos y como reserva de valor.
Para que sirva como medio de pago, la moneda debe ser aceptada sin inconvenientes.
La unidad en que se fijan los precios es —como ya lo hemos dicho— la moneda de cuenta,
como el dólar, la libra esterlina, el franco, el peso, etc. En esta forma, los valores de todos los
bienes y servicios se expresan en términos de un número de unidades de la moneda de
cuenta que permiten determinar el valor de cada uno de ellos; sumar sus valores en
términos de moneda y efectuar cualquier otra operación que resultaría difícil si no se tuviera
dicha referencia de cambio.
En esta forma se cumple la función de la moneda como común denominador de los valores.
En períodos de gran inflación monetaria, cuando los poseedores de una moneda temen que
ésta pierda su poder de compra, por emitirse con exceso respecto a los bienes disponibles en
el mercado, puede suceder que descarten su uso utilizando en su lugar otras unidades de
cuenta.
Durante la hiperinflación alemana producida después de la primera guerra mundial, se
utilizaron los dólares y francos suizos, así como el centeno, el carbón y el "kilowatt" (unidad
de energía eléctrica), como común denominador de valores y patrón de pagos diferidos y los
marcos desvalorizados como medios de cambio.
Actualmente se observa en Alemania el recrudecimiento de las operaciones de trueque de
productos con la eliminación del marco como medio de cambio, ante el temor de su pronta
desvalorización.
Otra de las funciones que debe cumplir la moneda es la de servir como patrón de pagos
diferidos, o sea para satisfacer los pagos u obligaciones que deban efectuarse en tiempos
futuros.
La economía capitalista está estructurada sobre la base de contratos y compromisos que no
se terminan inmediatamente y que requieren para su justo cumplimiento que la moneda en
que se concierten no fluctúe mayormente en su poder de compra durante el plazo de la
duración de dichos contratos u obligaciones. Para que pueda cumplirse esta condición, es
indispensable que la moneda no sufra fuertes oscilaciones en su poder adquisitivo, lo que
resulta difícil cumplir mientras no desaparezcan los procesos de prosperidad y crisis que
con sus vaivenes de precios impiden la realización de tal propósito.
La última condición que debe reunir una buena moneda es la de constituir una reserva de
valor, que permita conservar en términos de la unidad monetaria elegida, los ahorros que
puedan requerirse en lo futuro.
Es obvio que para que una moneda sea una buena reserva de valor, no debe fluctuar su
poder adquisitivo, porque si éste se reduce drásticamente en el curso del tiempo, los
ahorristas que han sacrificado sus consumos para disponer de una masa futura de bienes o
servicios, se verán defraudados al no poder contar con ellos, por los efectos del
envilecimiento monetario producido la mayoría de las veces por la inflación que achica la
cantidad de bienes y servicios que pueden adquirirse con una unidad monetaria.
La moneda sana, que lo es cuando cumple satisfactoriamente las cuatro funciones de: medio
de pago, común denominador de los valores, patrón de pagos diferidos o futuros y reserva
de valor, permite al consumidor la libre elección de los productos a precios equitativos, al
empresario el cálculo de sus costos y ganancias y al obrero la obtención de un salario real
que impide la expoliación por el pago de vales u otros sistemas de remuneración que
cercenan fuertemente el poder adquisitivo de su jornal.