BANCO Y MONEDA - La experiencia monetaria entre las dos guerras mundiales
LOS CAPITALES FLOTANTES Y EL ABANDONO DEL PATRON ORO
Mientras tanto se producen corridas bancarias en el centro de Europa, que hacen temer a los
inversores de capitales a corto plazo respecto a la conveniencia de mantener esos fondos en
el mercado de Londres, al enterarse que Inglaterra había hecho fuertes inversiones a largo
plazo en la Europa Central y en Alemania, empleando para ello los recursos a corto plazo
radicados en Londres.
La huida de este capital flotante obligó a Inglaterra, después de una sangría intensa de sus
existencias de metálico y del empleo de los fondos facilitados por los bancos de Francia y de
la Reserva Federal, a abandonar el patrón oro, medida que hace efectiva el 21 de septiembre
de 1931.
Desde ese momento se oscurece aun más el panorama monetario internacional. A la
depreciación de la libra esterlina se suman otras monedas vinculadas al signo inglés.
Inglaterra, ante la imposibilidad de equilibrar su balance de pagos, implanta la protección
aduanera y más tarde los contingentes de importación.
Así, poco a poco desaparecen los sistemas monetarios convertibles en oro y se restringe el
intercambio mundial. Esta tendencia no logra ser atenuada con el acuerdo monetario
tripartito concertado entre Francia, Inglaterra y Norteamérica en el año 1936, cuyo objeto era
el de evitar una desvalorización competitiva de sus respectivos signos monetarios.