ASTRONOMIA - Una visión de conjunto
En este primer capítulo nos proponemos recorrer en un vuelo rapidísimo los dominios de la
Astronomía, entendiendo por tal, la ciencia de los astros. Estos dominios comprenden
aquella porción del universo accesible a nuestra vista, auxiliada por el poder de penetración
de los instrumentos de óptica. De esta suerte nos será dado formarnos una idea de la
posición que nuestro planeta ocupa en el espacio, del sistema de cuerpos celestes de que
forma parte, de los movimientos de todos ellos y de las dimensiones del universo visible.
Mas, antes de emprender este viaje, importa sobre manera familiarizarnos con la idea,
incomprensible en otro tiempo, de que la Tierra que habitamos forma parte del cielo y que no
es otra cosa sino uno de tantos astros y por cierto de los más pequeños que pueblan la
inmensidad de los espacios.
Detengámonos, pues, unos instantes, en este hecho cuya realidad es hoy día tan indiscutible
como cualquier axioma matemático. Las gentes, sea por las enseñanzas recibidas en la
escuela o por haberlo leído en los libros, están convencidas de la certeza de aquella
afirmación; pero como los sentidos y la ilusión de nuestras sensaciones cotidianas nos dicen
lo contrario, de aquí que aquella verdad se haga, si no difícil de comprender, cuando menos
dificultosa de percibir con claridad.
Sin embargo, se trata de algo con lo cual es menester compenetramos y que debemos tener
presente constantemente en el pensamiento, a saber: que la Tierra se mueve velozmente por
el espacio, arrastrando con ella cuantos objetos animados e inanimados existen en su
superficie, y hasta la misma atmósfera que la envuelve; que el espacio inmenso se extiende
tanto por encima como por debajo de la Tierra, tanto por Oriente como por Occidente, en una
palabra, por todas partes; que nuestro globo, aislado en el vacío como una pompa de jabón
en el aire, se halla por mitades bañado de luz solar y cubierto de sombras; que la Tierra, a
pesar de parecernos tan grande, es, sin embargo, uno de los astros más pequeños entre los
miles de millones de ellos que pueblan la inmensidad de los espacios. Con todo, nos servirá,
a la vez, de observatorio para la contemplación de las maravillas del cielo, y de término de
comparación para medir las distancias de los astros.