ASTRONOMIA - La Tierra
CLIMAS Y ESTACIONES
El segundo efecto del movimiento de la Tierra alrededor del Sol y de la inclinación del eje de
rotación con respecto a la eclíptica, son los climas y las estaciones. Efectivamente, si la Tierra
en su movimiento de traslación mantuviera el eje de rotación perpendicular al plano de la
eclíptica, ésta se confundiría con el ecuador, y entonces todos los puntos del globo,
pertenecientes a un mismo paralelo, además de tener los días siempre iguales a las noches,
gozarían de temperatura constante en el decurso del año. Pero la inclinación del eje de la
Tierra determina en un mismo punto la existencia de matices de tiempo.
La Tierra, con respecto al clima, se divide en cinco zonas: zona tórrida, comprendida entre
los dos trópicos, o sea, entre los paralelos de 23° 27' de latitud terrestre, donde el ambiente es
constantemente cálido por tener siempre el Sol a gran altura y recibir sus rayos muy
perpendiculares. Zonas templadas, comprendidas entre los paralelos 23° 27' y 66° 33' donde
una parte del año se experimentan fuertes calores, por tener el Sol bastante alto, y donde otra
parte del año reina frío, por estar el Sol algo bajo con respecto al horizonte. Por fin están las
zonas glaciales, comprendidas entre los 66° 33' de latitud y los respectivos polos, donde el
frío es intenso todo el año por la poca elevación del Sol sobre el horizonte y por las largas
noches de invierno, que según los sitios se prolongan meses enteros.
ZONAS CLIMATOLOGICAS. Figura demostrativa de cómo se divide geográficamente la
Tierra en climas o zonas climatológicas, determinadas por el ecuador, los trópicos y los
círculos polares.
Las estaciones, pues, son cuatro: verano, otoño, invierno y primavera. El verano comienza
para el hemisferio norte el 21 de junio, cuando el Sol se halla en su altura máxima, en el
trópico de cáncer, siendo para este hemisferio los días largos y las noches cortas; en este
mismo día para el hemisferio austral, comienza el invierno, con las noches largas y los días
cortos. El 23 de septiembre el Sol atraviesa el ecuador celeste por el punto equinoccial y
entonces principia el otoño para el hemisferio norte y la primavera para el hemisferio sur. El
21 de diciembre el Sol se halla en el trópico de capricornio, o sea, en su máximo descenso
para el hemisferio norte, en donde comienza el invierno por ser los días más cortos y las
noches más largas, y en su máxima altura para el hemisferio sur, en donde comienza el
verano, por tener los días largos y las noches cortas. Por último, el 21 de marzo el Sol se halla
nuevamente sobre el equinoccio o punto vernal, por lo cual comienza la primavera para el
hemisferio norte y el otoño para el hemisferio sur.
LA ALTURA DEL SOL EN EL HORIZONTE Y LAS ESTACIONES. La poca elevación del Sol
sobre el horizonte, grabado de la izquierda, determina frío intenso todo el año; el Sol
perpendicular en el horizonte, grabado de la derecha, es propio de los trópicos.
Estas cuatro estaciones son de desigual duración, por razón de no ser una circunferencia la
órbita de la Tierra, sino una elipse, que es recorrida con velocidad variable por la Tierra,
según su distancia al Sol, yendo más a prisa cuando está más cerca y más despacio cuando se
halla más lejos. He aquí, reunidas en un cuadro para ambos hemisferios, las distintas
duraciones de las estaciones:
Por último, queda todavía por explicar otro movimiento de la Tierra, arrastrada por el Sol
con todo su cortejo de planetas y satélites a través de los espacios a la velocidad de 20
kilómetros por segundo. Este movimiento se nos manifiesta por una separación general de
las estrellas hacia las cuales nos dirigimos, y una convergencia aparente de las estrellas
existentes en la región del cielo de la que nos apartamos. El punto hacia el cual se dirige
nuestro sistema planetario se llama ápex solar, el cual se halla en las proximidades de la
estrella Vega de la constelación de Lira, debiéndose a Lewis Boss su determinación precisa,
mediante el estudio del movimiento aparente de 6.188 estrellas.
LA ORBITA DE LA TIERRA ALREDEDOR DEL SOL. La Tierra, en su constante movimiento
de traslación alrededor del Sol, va trazando incesantemente grandes elipses, y cada una es
recorrida en el espacio de tiempo que nosotros designamos con el nombre de año. Estas
elipses dan lugar, según la situación de nuestro planeta respecto del Sol, y según la
inclinación de sus rayos, variable para cada lugar, a las estaciones; las fechas de los
equinoccios y solsticios tienen pequeñas variaciones.