ASTRONOMIA - Los planetas
JUPITER
Es el mayor de todos los planetas del sistema solar, pues su volumen supera al de todos los
demás planetas juntos, ya que su diámetro es de 142.000 kilómetros; lo cual indica que su
volumen es 1.300 veces mayor que el de la Tierra. Su distancia media al Sol es de 778
millones de kilómetros. Ese ingente globo va trazando su inmensa órbita, lanzado por el
espacio con la velocidad de 13 kilómetros por segundo.
Aparece en el campo telescópico como un disco muy achatado, con una diferencia de 9.000
kilómetros entre su diámetro ecuatorial y su diámetro polar, como debe ser por causa del
estado de las materias que los forman y por la enorme rapidez con que el planeta gira sobre
su eje. El planeta gigante realiza su rotación en sólo 9 horas y 50 minutos, lo que supone para
un punto de su ecuador un recorrido de 11.400 metros por segundo. El disco del planeta
tiene tonos amarillos, rojos y grises, y sobre él se destacan hasta 30 cinturones o bandas de
profundas transformaciones que se realizan en el seno del globo joviano. Estas bandas
obedecen a corrientes análogas a las que observamos en la Tierra. En el borde de una de ellas
aparece la famosa mancha roja en la que quizá se halla la clave del estado actual de Júpiter.
Mide 42.000 kilómetros de largo por 15.000 de ancho y parece flotar en el medio que la
soporta, como si fuera un continente en formación.
Júpiter, como el Sol, no gira, por decirlo así, en una sola pieza, y, como en el Sol, se observan
en él bruscas transformaciones y rápidos movimientos de los materiales que en su seno se
albergan. En el planeta gigante nada tiene gran consistencia; parece de constitución
esencialmente nubosa y entre las nubes se ven condensaciones que, en un lejano porvenir,
llegarán a ser inmensos océanos, enormes continentes.
Como Júpiter, a causa de ser su eje casi perpendicular al plano de rotación, mantiene siempre
en su giro la misma posición que presenta la Tierra el día del equinoccio, se ha dicho que
debía reinar en él una primavera eterna. Lo que sí puede afirmarse es que la luz y el calor que
recibe del Sol es una pequeña parte de la que nosotros recibimos. Esto hace pensar que existe
en su seno un remanente de calor, suficiente para producir la elevación de temperatura que,
supliendo el calor solar, produce la gran cantidad de vapores que hay en su atmósfera. Esta
atmósfera no es, por cierto, nada apropiada para nosotros, ya que según el astrónomo
Danjon, encontraríamos en ella una capa de 10 metros de amoníaco gaseoso y otra de 1.800
metros del trágico gas metano.
Galileo fue quien aplicó por primera vez el telescopio, invención de su época, a la
observación de los cielos y fue él mismo quien por haber oído hablar de tal invento construyó
el primer anteojo dedicado a tan importante fin: un anteojito de 50 centímetros de largo y
sólo 4 centímetros de abertura, que causó el asombro del Senado veneciano; y el de Galileo
también, cuando pudo ver que el coloso Júpiter tenía cuatro lunas, cuatro satélites que le
rendían el homenaje de su giro. Tres siglos después, gracias a los progresos realizados en los
instrumentos ópticos, el astrónomo norteamericano Barnard, del Observatorio de Lick, halló
la quinta luna de Júpiter, que mide sólo 150 kilómetros de diámetro, y cuando la fotografía
fue aplicada al estudio de los cielos, aparecieron en las placas fotográficas, en distintos años
del presente siglo, los seis satélites que, con los cinco descubiertos antes, forman el cortejo de
once astros que acompañan al planeta joviano en su marcha en torno del Sol. Y entre ellos
hay alguno que no tiene más de 22 kilómetros de diámetro: extraordinaria pequeñez que
pone de manifiesto, cómo la fotografía astronómica auxilia al astrónomo en la búsqueda de
estos pigmeos del espacio. Puede afirmarse que sólo los cinco primeros satélites salieron del
propio cuerpo del planeta; los demás son planetillos que vagaban entre Marte y Júpiter y
fueron atraídos y capturados por la masa imponente del coloso.
JUPITER. Variabilidad que presenta Júpiter con aspectos muy distintos según los años.